miércoles, 4 de agosto de 2010

AMLO, el reencuentro con sus fans

 

Por: René Mondragón

Agosto / 2010

 

Insisto, no es comprensible más que para los iniciados. No es inteligible, más que para quienes forman parte del mismo círculo ideológico ebrardiano. Para el resto de los mortales que tienen que transitar por la ciudad capital es cosa de uso común que, a nombre de una ideología disolvente por la izquierda, se les envíe a la ciudad sede del tizne.

 

Me dieron las 9, las 10 y las 11…

 

Nadie más apropiado para describir el sufrimiento generalizado que Joaquín Sabina. Pues, efectivamente, cualquier ser humano con tres centímetros de cerebro podría pensar que la concentración convocada por Andrés López causaría estragos. Eso cualquiera lo sabe.

 

Pero no. Todo el zócalo del DF, alrededores, anexos, conexos y similares se habían incorporado al operativo de incienso, aplausos, porras y vítores de los simpatizantes. Vamos, hasta las alcantarillas que se incendiaron en López y Victoria fueron colocadas con plantitas verdes recién pintadas –las plantas, no las coladeras– y les echaron "Glade-absorbe-olores" para nadie percibiera el aroma a rata rostizada que se quedó en el ambiente después de los siniestros esos.

 

Todo era parte del festejo, con el sonido y los "jilgueros" muy entonados, para que no dejaran escuchar las mentadas de madre de los sufridos defeños que no creen en el proyecto alternativo del tabasqueño.

 

De esta forma, a varios les dieron las 9, las 10, las 11 y, claro está, a excepción de los simpatizantes alternativos, todos los demás estaban como Maradona hablando de su homólogo español.

 

El reencuentro o relanzamiento

 

Los asesores de mercadotecnia del "Peje" merecen un premio Grammy. Lograron posicionar el "re-lanzamiento" del proyecto de AMLO, igualito y como se hace con Paulina Rubio o Ricky Martin. Fueron, como Menudo y los OV7, directamente al reencuentro de López con sus fans que aplaudían a rabiar en espera de una playera autografiada.

 

En el show, el gobierno del Distrito Federal fungió como co-productor y escenógrafo.

 

Ya ve usted que cada semana cierran la circulación en el centro de la ciudad defeña; pero como ahora venía el nuevo mesías, con todo y su nuevo "look fotochopeado", también se cerraron otras calles: 20 de Noviembre y Artículo 123, además de Juárez, Paseo de la Reforma y Florencia. No importaba nada más que el tlatoani del sureste. El escenario se montó para el gran caudillo de Tabasco.

 

Pejis eris et pejis te reverteris

 

Claro que aumentó la "tiznadera" con las cantidades de IMECAS (Índice Metropolitano de Calidad del Aire) producidos por los miles de vehículos automotores detenidos, desviados, descompuestos y en "punto muerto", prácticamente parados por el mitin alternativo.

 

Como era de esperarse, el grupo de edecanes del gobierno de la capital estuvo atendiendo con su siempre amable sonrisa a cuantos transeúntes y/o automovilistas preguntaban. El servicio de té helado fue cortesía del erario público. Para los niños, "Shrek III" hizo las delicias de los presentes que, sentados en el toldo de sus respectivos transportes, también agradecían las nieves de sabores obsequiadas por la Secretaría de Finanzas del gobierno de don Marcelino.

 

Para los mayores, hubo diversos espectáculos que hicieron más amable la espera. Hubo bailables, canciones acompañadas con el Mariachi "Tabasco es un Edén"; la sección del recuerdo para los amigos y amigas de la tercera edad, corrió a cargo del dueto Vernáculo, donde Berna lució su voz bravía y el otro tocaba la guitarra.

 

Como era de esperarse, los policías –en español, inglés, francés y mandarín– solícitos orientaban constantemente a los automovilistas, dándoles a conocer las vías alternas para su mejor circulación y más baja contaminación. La explicación era sustantiva: "es evento de Obrador".

 

También como podría esperarse –faltaba más–, al ser cuestionados por los conductores, los agentes del orden con su proverbial amabilidad y sonrisa, aderezada con desodorante "9 machos", respondían: "No sé por dónde puede irse, pero por aquí no. Así que, ¡muévase!".

 

Todas las calles lucieron letreros en varios idiomas. Y para los peatones especiales, los letreros en Braille fueron de gran utilidad. Las pantallas de gigantes de leds, fueron un auxilio invaluable.

 

Para quitar el mal sabor de boca ocasionado por los cierres de importantes vialidades, se anunció un convenio entre un famoso restaurante de azulejos y el gobierno del DF, a fin de que en este tipo de casos se distribuya té de tila, dalay y té de azahar.

 

Después de todo, "su majestad" luciría su majestuosidad alternativa en el Zócalo.