martes, 20 de octubre de 2009

Sindicalismo parasitario

Por: Jorge del Rincón Bernal
lunes, 19 de octubre de 2009

Hace algunos años, lo que quedaba del Imperio Británico, es decir, Inglaterra, tenía todavía su moneda fuerte, la libra esterlina, que ya acusaba los estragos en su economía cada vez más vulnerada por los depredadores sindicatos que los gobiernos laboristas habían engordado, tolerándolos y aceptando sus voraces solicitudes.
Cuando al fin la economía del ex imperio parecía tocar fondo, los ingleses hartos de tan insaciable avidez, le dieron la espalda al alcahuete partido, tan complaciente con los sindicatos, y eligieron como primer ministro a la dama de acero, Margaret Tacher, quien ante semejante debacle se apresuró a meter en cintura a los líderes funestos por la ya inminente quiebra de la ex vigorosa economía.
Nuestro país padece de la misma perniciosa enfermedad: el pseudo sindicalismo llamado charro. Éste se olvida no sólo de su país, minándolo, sino de sus mismos agremiados, debilitando a uno y a los otros mientras sus líderes charros se hacen millonarios y se eternizan en sus puestos, como el patriarca Fidel Velázquez, que abandonó el hueso hasta que la muerte se lo arrancó.
Aunque Fidel fue diferente a los otros líderes petroleros, magisteriales, mineros, electricistas, todos ellos corruptos, su error fue el mismo que el de Porfirio Díaz, ambos lideraron bien, pero se enamoraron de su posición reeligiéndose reiteradamente.
Lo grave no es perpetuarse en el liderazgo si se conduce bien, con honestidad y atingencia, lo que es reprobable por todos es lo contrario, como los casos de Napoleón Gómez Urrutia, Joaquín Hernández Galicia "la Quina", Elba Esther Gordillo, Francisco Hernández Juárez, Carlos Romero Deschamps y, por supuesto, la estrella del momento: Martín Esparza. Y esto, desde luego, por no meternos con el pasado, en donde destacaron, en primer término Fidel Velázquez –maestro de maestros--, Jesús Yuren, Salvador Madariaga, Leonardo Rodríguez Alcaine, Pascasio Gamboa, Morones, etc., etc., todos obviamente integrantes de la “Mafia de Líderes” orgullosamente mexicana.
El hecho que colmó la indignación de la opinión pública nacional fue el provocado recientemente por Martín Esparza, ex secretario general de Luz y Fuerza del Centro, que unificó las voces de todos los sectores en su contra porque ésa era la empresa paraestatal y parasitaria más dañina en la actualidad.
Así como los analistas, columnistas, editorialistas lo reprobaron, también los líderes de la iniciativa privada apoyaron y aplaudieron la firme postura del Secretario de Trabajo, Javier Lozano, por negarle la "toma de nota" para reelegirse, dado que la eleccióm fue tramposa.
Por su parte, el Presidente de la Concanaco, Mario Sánchez Ruiz, afirmó que así como el Presidente Calderón se empeñó en combatir la delincuencia organizada, hoy tiene "la oportunidad histórica" de desmantelar la ineficiente empresa Luz y Fuerza del Centro. Y Calderón así lo hizo.
En tanto que el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Miguel Marón Manzur, luego de avalar la decisión del gobierno federal de negarle a Martín Esparza la ‘toma de nota’, declaró: "Hasta hoy Luz y Fuerza del Centro ha trabajado de manera ineficiente y no sé si hay intención en esto, pero la industria de la transformación hace un llamado a que esa compañía trabaje como debe ser o que de plano termine desapareciendo".
Enseguida les menciono algunos de los "electrizantes" datos de cómo se manejaba esta parasitaria y voraz empresa.
El subsidio anual que recibía Luz y Fuerza del Centro ascendía a 40 mil millones de pesos anuales a fondo perdido; "trabajaban" en la empresa 40 mil empleados y 23 mil jubilados, pero se calcula que con la cuarta parte de ellos hubiera sido suficiente para dar el servicio que presta al DF en su totalidad, al Edomex en casi todos sus municipios, mientras que en los tres estados colindantes con el DF la demanda no pinta.
Esta minoría por lo visto era muy privilegiada, pues trabajaba poco y además cada uno de ellos recibía 350 KWH pero no es nada comparado con el hecho de haber prevalecido tantos años recibiendo, a pesar de su incompetencia, su ineficacia y su corrupción, 40 mil millones de pesos anuales generados con nuestro trabajo; es decir, nuestros impuestos.
El año pasado el sindicato emplazó a huelga a la empresa LyFC y en el pliego petitorio de los huelguistas solicitaban la inclusión, como conquista sindical, una cláusula que establecía que dicha empresa nunca sería declarada en quiebra. ¿Cómo calificar esta desvergüenza? Así son nuestros líderes sindicales, yo creo que a ellos en buena medida se les debe que estemos como estamos; son una mafia política depredadora corporativista.
Afortunadamente, el gobierno federal ya se hartó de tanto cinismo, depredación, corruptelas, chantajes y amenazas que parecen no tocar fondo.


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