viernes, 1 de agosto de 2008

"Gobiernismo autoritario". Y... separatista

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: Federico Müggenburg

La pérdida de la presidencia en 2000, resultó un tremendo e imprevisto golpe para los priístas que nunca habían creído ni practicado la democracia, y menos, aceptado sus consecuencias. Existe un testimonio completamente revelador de lo conversado en la “discreta cofradía”, a la que asistían, entre otros, el ya maduro “joven echeverrísta” Francisco Javier Alejo, y el veterano político tamaulipeco Enrique Cárdenas González.
Fernando Gutiérrez Barrios, que presidía la sesión, les pontificó: “Siempre estuvimos preparados para la derrota, nunca para la traición de Zedillo”, a lo que añadió el ex gobernador y ex senador tamaulipeco, con profundo sarcasmo: “Claro, Don Fernando, desde los tiempos de Guadalupe Victoria, si perdíamos… ganábamos”.
Este histórico e hipócrita intercambio de frases daba a entender que el reconocimiento que hizo el Presidente Ernesto Zedillo en cadena nacional de la televisión la misma noche de la elección de Vicente Fox, reconociendo el triunfo del panista de acuerdo con las tendencias irreversibles del conteo oficial del IFE, para ellos y otros muchos priístas, era nada menos que ¡una traición!
Sin poder asimilar el efecto de la derrota, los priístas multifracturados, padecían enormes dificultades para ponerse de acuerdo en una estrategia común, con objeto de afrontar su nueva condición de “opositores”. El 10 de agosto de 2001, al término de una reunión de 20 gobernadores priístas, en el puerto de Mazatlán, se hizo oficial el nacimiento de la “Conferencia Nacional de Gobernadores”, desde entonces conocida por sus siglas como la CONAGO. Su propósito oficial y aparente, era “buscar el incremento de ingresos fiscales en los tres órdenes”.
Al principio sólo hubo confrontación mediática con el Ejecutivo Federal, atizada por ciertos medios periodísticos. Destacaban por la rudeza de sus expresiones y por su autoritarismo gubernamental: Patricio Martínez, José Murat y Arturo Montiel; en cambio, sobresalían por su trato deferente y correcto: Miguel Alemán y Ricardo Monreal.
Se difundió un lema irónico: “Nuestra lucha no es de partidos, es de partidas”. La retahíla declarativa finalizó el 24 de octubre de 2002, cuando el Secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, anunció que “había quedado superado el motín de gobernadores”, con la asignación de 65 por ciento más de recursos federales a los estados”. Gradualmente se incorporaron a la CONAGO los gobernadores del PAN y el PRD. Prácticamente todos, con excepción del Distrito Federal, por un “caprichito” más de Andrés López.
En junio de 2004 estaban oficialmente registradas 60 distintas “corrientes” ideológicas en el PRI, destacando: la “Corriente Crítica”, el “Grupo de los 8”, el “Grupo Galileo”, el “Grupo Renacimiento”, la “Corriente Renovadora”, “Participa”, y algunas más.
Muy pronto surgió la lucha interna, por la candidatura a la presidencia y, careciendo del “árbitro autoritario que todo lo decidía”, se formaron tres bloques de gobernadores con algunos socios y amigos notables, agrupados en:
TUCOM 1.- (Oficialmente, “Unidad Democrática”; extraoficialmente, “Todos Unidos Contra Madrazo”), formada por Alemán, Robinson-Bours, González-Parás, Jackson, Labastida, Martínez, Montiel (luego Peña-Nieto entró al relevo), Núñez y Yarrington.
TUCOM 2.- (Oficialmente, “Los Cruzados”; extraoficialmente, “Todos Unidos Con Madrazo”), formada por Andrade, Hendricks, Hank, Hurtado, Juárez, Murat y Ruíz.
TUCOM 3.- (Extraoficialmente, “Todos Unidos con Objetivo Mediático”), formada por Aguilar, Herrera, Marín, Reyes-Baeza y el hasta ahora inexplicablemente malogrado colimense Vázquez (+).
Con el tiempo se han consolidado las reuniones de la CONAGO, que alcanzan ya 34 Reuniones Ordinarias y cinco Extraordinarias. Tienen una oficina coordinadora, ubicada en el WTC de la Ciudad de México. De sus comisiones de trabajo destaca la de “Reforma del Estado” (hermanastra de la famosa “ley Manlio”) que ha definido 14 principios de “Acuerdo para la Reforma del Sistema Federal Mexicano”.
Durante la V Reunión Extraordinaria, en Metepec, Edo. Méx., se acordó realizar cuatro “Foros sobre Federalismo y Descentralización”: en Zacatecas, Zac., el 11 de julio; Saltillo, Coah., el 15 y 16 de julio; Chihuahua, Chi., 31 de julio y 1 de agosto; y en Cocoyoc, Mor., el 11 y 12 de agosto.
La gran sorpresa del proyecto de “Reforma Constitucional de la CONAGO”, para “El Nuevo Federalismo”, está en los mensajes del Presidente de la reunión, Peña Nieto, así como el discurso del actual presidente semestral, Robinson-Bours, más lo dicho luego en su discurso en Zacatecas y, sobre todo, el de González-Parás, en Saltillo, al anunciar que “se trata de la misma confrontación de Ramos-Arizpe con Fray Servando Teresa de Mier, de los federalistas-liberales contra centralistas-conservadores”, siendo en realidad luchas pretéritas ya superadas entre yorkinos y escoceses, a no ser que se trate de una clave hermenéutica oculta, expresada en la continuación de la lucha entre las facciones de la caduca “familia revolucionaria” (obregonistas-alemanistas-hankistas, y carrancistas-ruizcortinistas-diazordacistas, entre ellos y a su vez contra los cardenistas-echeverrístas-lopezobradoristas y callistas-reyesherolistas-salinistas, entre sí y contra los otros).
Esta lucha recientemente se escenificó entre “dinosaurios y tecnócratas”, y hoy es, entre los por sí mismos llamados, “hermanos y primos hermanos” –el PRI y el PRD–. El real debate nacional de hoy está por encima y más allá de estas sucedáneas luchas ad-intra, entre los facciosos de la “orfandad de los cainitas”.
En realidad, se trata de resolver la confrontación entre autoritarismo o democracia, intervencionismo o mercado, corrupción impune o vigencia del estado de derecho, entre genuino federalismo constitucional o gobernadurismo autoritario y su excreción, con el escondido y subyacente… separatismo balcanizador.


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