domingo, 1 de febrero de 2009

Execencia educativa en el estado de Oaxaca

Por: Antero Duks

Son tan "brillantes" los seudo maestros de el estado de Oaxaca, que en un muy justo reconocimiento a su muy loable labor en paros, marchas, bloqueos y demás borlotes, los índices, tanto nacionales como internacionales, colocan a este estado entre los más bajos del orbe, comparado únicamente con algunos países del África, en donde sabemos que todavía viven casi en el salvajismo.
Inconformes, a pesar de la altísima distinción, los seudo maestros del estado de Oaxaca, pidieron a las autoridades del ramo de la educación latinoamericana que hicieran una justa evaluación. Así fue que encargaron a la Secretaría de Educación de México que la llevara a cabo, con la vigilancia adecuada de la OEA a través de su Organismo en dicha área.
Así pues sucedió lo que se relata a continuación: "Sucedió en el estado de Oaxaca"
Nota del autor: Seguramente debe estar revolviéndose de vergüenza en su sepultura el Eximio Maestro (dicho con verdadero respeto) don José Vasconcelos, distinguido oaxaqueño.

Sucedió en una ciudad del estado de Oaxaca.

Por: Alberto Ahistaihn

Es tan deficiente la capacidad de los maestros del estado de Oaxaca, que ya hay quien asegura que los paros, plantones, bloqueos y demás hierbas, los hacen para no tener que asistir a impartir sus clases para no enseñar el cobre.
Parece exageración pero entérese de los sucedió, hace un par de meses en una ciudad del Estado de Oaxaca, de cuyo nombre no quiero acordarme, resulta que llegó un Inspector de la SEP a una .escuela secundaria Se presentó con el señor Director y le hizo saber que el motivo de su visita era tomar un reporte de evaluación sobre el conocimiento de los alumnos, principalmente en Historia.
El Director, con toda atingencia, lo llevó a uno de los salones de clase y lo presentó con el Profesor Torres, quien era el que impartía dicha materia. El inspector le explicó al maestro el motivo de su visita. Acto seguido le explicó al maestro Torres como se haría la evaluación, le pidió que le proporcionara la lista del grupo, eligió a un chico en forma aleatoria, a quien le hizo la siguiente pregunta:
-- “Joven: ¿Me podrías decir el nombre de la persona que quemó la puerta de la entrada de la Alhóndiga de Granaditas?”
El joven bajó la cabeza y después de un rato era notorio que estaba muy nervioso; el Inspector notó que estaba sudando, por lo que le dijo:
-- “Bueno, cálmate, si no me puedes decir el nombre, dime al menos su apodo”
El joven, muy nervioso, responde:
-- “la verdad no lo sé señor Inspector, pero le aseguro, por mi madre santa, que YO NO FUI”
En seguida otro joven toma la palabra y dice:
-- “Inspector, yo conozco a Luis desde hace más de 5 años y es uno se los chicos más tranquilos de esta colonia, yo le puedo asegurar que ÉL NO FUE”.
El Inspector, frunce el ceño, y contendiendo el enojo, pues imagina que se trata de una broma, les ordena:
-- “Por favor salgan ambos y váyanse de inmediato a la dirección, en un momento los alcanzaré y allá hablaremos”.
Los chicos toman sus cosas y abandonan el salón. El Profesor Torres interviene y le dice al Inspector:
-- “Señor. Inspector, estoy seguro que ellos no fueron, ambos son muy tranquilos, y si no se saben el apodo, ni el nombre del que quemó la puerta de la Alhóndiga, es porque ellos no se juntan con pandillas. Estoy casi seguro que eso más bien lo hicieron los del turno de la tarde que son chicos muy rebeldes.
El Inspector, que ya para ese momento no se puede contener, sale hecho una furia hacia la Dirección. Ahí le hace saber al Director que levantará un reporte pidiendo la remoción del Profesor. Torres. El Director, notoriamente mortificado, le dice:
-- “Le pido señor Inspector que no haga eso, le ruego que reconsidere. Mire usted, el profesor Torres aparte de impartir la materia de Historia , también imparte Biología , Civismo y Literatura, nunca falta a clases y ya lleva aquí 14 años trabajando. En esta colonia, no es fácil conseguir maestros, además mire usted: tenemos el problema del sindicato, que seguramente se nos echarán encima. Mejor dígame que tan dañada quedó la mentada puerta por el incendio y veremos si se puede reparar, y si no, pues ya en última instancia, hacemos una cooperacha entre maestros y padres de familia y mandamos comprar una puerta nueva para la Alhóndiga, Total : ¿qué tan cara puede salir la pinche puerta esa?”
¡ZOPAZ!

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