jueves, 15 de diciembre de 2011

El PRI, ¿al desPEÑAdero?

 

Por:Salvador Flores Llamas

Diciembre de 2011

 

 

El PRI anda en problemas, no sólo por el "Moreirazo" y el "derrapón" en la FIL de Guadalajara; más por las rencillas entre los mandos del tricolor, que si no se atienden y resuelven satisfactoriamente, pueden derivar en la tan temida división, que todos niegan exista y poco hacen para evitarla.

 

El tema Moreira no ha pasado a la historia y aún seguirán sus coletazos. Se alejó tarde a Humberto de la cúpula priísta y debe aprenderse la lección de enfrentar rápido los problemas, antes que causen más destrozos.

 

Lo malo para el PRI es que el asunto se ventilará en los tribunales, y si sigue Moreira con más mentiras y subterfugios, será peor para él y su partido. Ya se descubrió, por ejemplo, que sólo la tercera parte de la colosal deuda de Coahuila se negoció con documentos auténticos, y las otras dos con falsos.

 

Como también que la deuda aumentó 4 mil millones en unos meses, por los altos intereses de los últimos créditos contratados para renegociarla.

 

También el escándalo por los libros que más marcaron la existencia de Peña Nieto se prolongó indebidamente; sus estrategas no daban pie con bola para atajarlo, y se permitió a la hija mayor del precandidato y a su esposa Angélica Rivera, La Gaviota, echarle más lumbre al fugo.

 

Al hacer el recuento de daños tomarán las providencias debidas para evitar desaguisados similares y prevenir, en lo posible, otros más en el curso de la campaña, pues éstas son terreno resbaladizo y tratarán de aprovecharlo los enemigos del mexiquense y sus oponentes.

 

Algún costo debe tener ser puntero en la elección presidencial. Pero ya le contratarán a algún gallón en comunicación; pues no bastan los hacedores de imagen, sino se requieren peritos experimentados que dicten la fórmula para que el precandidato no esté tan a merced de tropiezos y dislates.

 

Tómese en cuenta que una campaña electoral --y más una presidencial-- es como la casa del jabonero, el que no cae, resbala, y que todos tenemos nuestros 15 minutos de....

 

El acuerdo entre Peña y Beltrones para que Pedro Joaquín Coldwell llegue a la jefatura del PRI disgustó a los peñistas, pues creían que con la renuncia de Manlio a la precandidatura ya tenían a su partido en un puño.

Hoy ven que Pedro Joaquín influirá en las numerosas candidaturas que se definirán para el 2012, que tendrán que compartirlas con los "beltronistas" y quizá también otros puestos cercanos al virtual candidato triunfador.

 

Pude haber igualmente jaloneos con Elba Esther Gordillo, quien también creía que se había librado de su cordial enemigo el sonorense; con lo que se entra en una etapa de colisión por diversos lados, que ojalá no acelere la división latente en el tricolor.

 

Pronto sabemos si los priistas asimilan la lección y zanjan diferencias, para hacer lo más tersa posible, en el interior partidista, la campaña de su abanderado, a quien día a día le surgirán más problemas en el exterior y deberá hacer declaraciones y responder ataques, tarea en la que se está estrenando.

 

Se inicia, pues, una etapa en que los priístas han de medir más sus pasos, si no quieren empinar a su partido al despeñadero, a donde lo habría llevado Moreira, de haber permanecido más tiempo en el timón y los juicios en los tribunales lo hubieran encontrado ahí.

 

 

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