lunes, 9 de junio de 2008

Los "FAPuchos", por un parlamento que no parla

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: René Mondragón

Los intelectuales convocan al diálogo de todos los actores. El Presidente Calderón reitera su postura respetuosa al disenso, pero al mismo tiempo demanda respuestas dialogantes de quienes se oponen a la reforma energética.
Los medios, de todas las tendencias se sorprenden con la posición asumida por ese organismo metafórico-poético-imaginario-rebelde que es el FAP.
Los hombres de negocios lamentan la toma de ambas Cámaras a manos de una turba legislativa que utiliza el fuero para hacer barricadas con sillas cuando ya no tiene argumentos ni capacidad para el debate.
Que alguien nos aclare, por favor
Todos se lamentan, es cierto. Desafortunadamente, todavía no aparece la voz sensata que dé respuesta a un par de planteamientos: Primero, ¿quién nos puede aclarar a qué programática política o ideológica, responde la idea de “clausurar” la tribuna parlamentaria, el lugar por excelencia para disentir, para debatir con ideas y expresar con altura de miras los propios argumentos, y que ahí, en donde se habla y dialoga con respeto, ahora se le falte al respeto para impedir el diálogo?
Dicho en otros términos: ¿quién puede decirle al Poder Legislativo que ponga orden en su interior? ¿Será que los legisladores del PRD que simpatizan con Andrés López, tienen facultades metaconstitucionales que los vuelven intocables?
En segundo lugar, ¿será acaso que el FAP está por encima de la Ley orgánica que regula la actividad del Congreso, de forma que cualquier fulano que diga pertenecer al FAP pueda formular una atenta invitación para que el periodo de sesiones se desarrolle en otra parte que no sea San Lázaro o la casona de Xicoténcatl, porque “ellos” ocupan los recintos como si fuera una vecindad de renta congelada?
Rebasando por la izquierda
No es broma. Los “FAPuchos” –a través de Alfonso Suárez del Real– mandaron decir a los otros legisladores que el Palacio de Bellas Artes está desocupado para la sesión solemne del Congreso General con el fin de recibir a la presidenta de la India, Pratibha Patil.
Y como si no hubiera cosas más relevantes qué discutir en este país, la “FAPuchocracia” demandó ante el IFE al Presidente Calderón por su mensaje a la nación en torno a la reforma energética que presentó al Senado de la República. Según los “FAPócratas”, se violó el artículo 134 de la Constitución al “promover la imagen de un funcionario en tiempos oficiales”. ¡O sea!, ¿no?
En nuestra opinión, los “FAPólogos” vieron en estas acciones, la mejor respuesta al proceso de sanción contra los partidos aglutinados en su seno –PRD, PT y Convergencia– por el spot en que llamaron a la manifestación en el Zócalo, en defensa de la soberanía petrolera. El spot se transmitió 15 veces por TV Azteca, y llamaba a “no dejar solo a Andrés Manuel López Obrador”.
La otra izquierda: la del PRI
Claro está que la izquierda que permanece dentro del PRI –ésa que Beatriz Paredes quiso cooptar después de la elección del 2006 y no pudo– también intentó llevar agua al molino tricolor.
“Expresión y Propuesta” es uno de los grupos de línea dura dentro del priísmo, en el que destacan figuras como Ulises Ruiz y Silverio Cabazos; los ex gobernadores Humberto Lugo Gil y Mariano Palacios; los senadores Adolfo Toledo y Carlos Jiménez; y los diputados Beatriz Pagés, Jesús Reyna, Jorge Toledo y Samuel Aguilar. Nombres y hombres como Carlos Flores Rico, César Augusto Santiago, Héctor Hugo Olivares, Humberto Roque y Marcela Guerra.
Las coincidencias con los FAPuchos son extraordinariamente interesantes. Verá usted:
Exigen debatir “sin prisa”. Es decir, tómense el tiempo que sea necesario aunque al país se lo lleve la tristeza.
Hacen notar que desde el Congreso, con el apoyo de los medios y tiempos oficiales, deben divulgarse con objetividad y equidad las propuestas y las visiones de los partidos. Hágase por favor una pregunta y responda en su fuero interno –es decir, por favor no diga nada en voz alta–: ¿Usted se fumaría durante cuatro horas seguidas, los debates sobre el particular transmitidos por el Canal del Congreso o la televisión abierta?... ¡No me conteste!
Desde luego, en el documento de los priístas se apunta que “La reforma del Ejecutivo no garantiza que la renta petrolera contribuirá al combate federalizado a la pobreza y la marginación, tampoco que no se afecten la recaudación participable y los excedentes petroleros, ligados a las finanzas de estados y municipios”. ¿Y la forma en que se realiza actualmente, sí?... Es pregunta.
Por supuesto, el ensamble ideológico entre izquierdosos del PRI y los radicales del PRD se pone en evidencia cuando la tribu tricolor demanda que “el gobierno no debe secuestrar el debate nacional, sustituyendo las ideas con propaganda, ni con la detracción de sus opositores. Los partidos no pueden violentar las instituciones de la República. Urge un genuino diálogo nacional en torno a la energía”. El subrayado es mío.
La izquierda tricolor pontifica: Los partidos no pueden violentar las instituciones de la República… ¿Ya se lo habrán dicho a los “FAPuchorebeldes”?
Un remate sensacional lo aporta Gamboa Patrón pegándole a cualquier cosa que se mueva. Vea usted: “Depende de que el Presidente convoque, trate de llegar con el Frente Amplio Progresista, yo estoy convencido de en que esto también juega un rol importante el gobierno de la República, no podemos decir que aquí no hay responsabilidad de ellos, hay irresponsabilidad de un Frente (FAP) que esta siendo irresponsable con México, y el presidente de la República que tiene el mandato constitucional de cumplir y hacer cumplir la ley”…
“El partido del Presidente (en referencia al PAN) aquí que es la mayoría, son 206 diputados, tiene que hacer su esfuerzo del diálogo de conciliación, con una fuerza que es la segunda aquí en la cámara que es el FAP”… “el líder del PRI determinó que no pueden estar sometidos al ‘capricho personal’ de un hombre que ni siquiera es legislador”, en clara referencia a Andrés Manuel López Obrador.
Todo esto, colocado en perspectiva y a contraluz, da la impresión de que estamos ante un Parlamento que se niega a Parlar, culpando a todos los demás de que se niegan al diálogo. Insistimos, Kafka ya se habría nacionalizado y, cuando menos, editado su sexagésimo volumen sobre el tema camaral. ¿A poco, no?


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