jueves, 15 de mayo de 2008

Se retira PRD de las tribunas... ¿Qué ganatom?

Fuente: Yoinfluyo
Autor: Lic. Manuel Díaz Cid

Paradójicamente, los perredistas retiraron las mantas con señales de júbilo y con un mensaje a la sociedad diciendo “ganamos”; y la sociedad, que desgraciadamente carece de información adecuada, y con una percepción distorsionada de los acontecimientos, respondió: “Es cierto, ganaron”.
Valdría cuestionar si realmente salió triunfador el PRD de esta situación, y si las diferentes fuerzas políticas salieron bien libradas.
La prensa informó que en medio del choque verbal que escenificaron AMLO y el coordinador de los senadores perredistas, Navarrete, el ex candidato presidencial advirtió a los coordinadores parlamentarios del PRD, PT y Convergencia, que integran el Frente Amplio Progresista (FAP), que el movimiento “soy yo”.
Es decir, nos enteramos de repente que AMLO está por encima de los diputados y senadores que la sociedad eligió como representantes. ¿Cómo pueden estos diputados y senadores ser tan cínicos y reconocer que alguien que no fue designado por la sociedad les indica lo que tienen que hacer?
No son las diferencias entre partidos lo que provoca los problemas, sino AMLO que de manera ilegítima asume un papel que no le corresponde, y hace que los diputados y senadores se sometan a su dirección. La acción rebota tanto al partido en el poder como al PRI, porque evidentemente todos deben tener claro lo que sucede y actuar en consecuencia.
La capacidad de negociación en el mundo de la política es una virtud, pero no todo es negociable. Si se llegara a la conclusión de que el único camino para resolver un problema como el planteado
es el de la negociación, se tendría que aclarar a la sociedad los roles de quienes ocupan la Tribuna, quien (es) les da órdenes desde afuera, y quienes están negociando de parte de la Autoridad; de lo contrario, se prestaría a confusiones en el ánimo popular que es incapaz de seguir los subterfugios que en el orden práctico implementan personajes como AMLO.
Luego de anunciar que el PRD contemplaba la posibilidad de retirarse de las tribunas, se originaron discusiones sobre las consecuencias sobre el hecho. Para algunos es sólo una anécdota más, como lo fue la entrada a caballo de uno de los dirigentes del Barzón, o la ruptura de los vidrios de la Cámara por el “Barrio Gómez”, porque son detalles que ya olvidó la mayoría: el mexicano padece de amnesia compulsiva, y por eso, no tiene capacidad de asombro ni de memoria. Simplemente todo se queda como un hecho insignificante.
Resulta que AMLO se ha indignado por la comparación con Hitler y Mussolini, cuando en realidad, el spot hace referencia a que tanto Hitler, Mussolini como Victoriano Huerta, dieron un golpe de Estado que coincidió con la clausura de la Cámara de Diputados. Eso no quiere decir que se haya mencionado “AMLO es como Hitler, o como Victoriano Huerta”; sencillamente se hizo referencia a cosas que habían pasado.
Pareciera que en México nada tiene importancia, todas las cosas se vuelven relativas y circunstanciales –como el hecho de que la presidenta de la India se fuera con la pésima impresión de que en México no hay autoridad para convocar un pleno en la Cámara y hacer una recepción como estaba ofrecida–.
Se puede pensar que esta es una postura exagerada y que en los días del debate cabe la posibilidad de introducir la propuesta de AMLO; y mientras Estados Unidos perfora en el lecho del mar, aquí lo único que se consigue con el “debate” que pide el PRD es proteger a los que dice odiar –a los consorcios petroleros internacionales, particularmente a los norteamericanos–. Ellos ganarán y nosotros saldremos perdiendo, pero eso sí, defendiendo nuestros recursos y los derechos del pueblo. Se culpa de sembrar el odio contra AMLO, pero yo no le odio ni pido a la sociedad que le odie. Sólo expreso que está equivocado en su propuesta sobre la reforma de la extracción del petróleo y los recursos energéticos estratégicos de nuestro país, y allí todos tenemos derecho a opinar y debatir las ideas porque eso enaltece la política.
¿Quién ha sembrado el odio?, ¿quién califica si alguien es o no un traidor a la patria por estar en desacuerdo con AMLO? Nadie más que AMLO. Ahora cambia su discurso en la última reunión en el Zócalo, señalando que “el amor debe hacerlo todo”. Sin embargo, su discurso no concuerda con la nota que declara que una mujer amenazó de muerte a Ruth Zavaleta, por traidora. Si eso no es sembrar el odio, ¿a qué se refieren los perredistas?
Se podría ahorrar tiempo si todos aceptáramos que AMLO fuera el dictador de México, porque al parecer, él sabe cómo resolver lo que sucede, las mejores alternativas, ¡y no acepta que lo contradigan!, como le indicó a Carlos Navarrete. Guardando las distancias, es Luís XIV diciendo a sus ministros: “el Estado soy yo y nadie más podrá modificarlo”. Es la visión de AMLO la que pone en jaque a la democracia en nuestro país.
Una percepción negativa de la sociedad referente a AMLO y a su partido golpeará los equilibrios de la representatividad en nuestro país, y el año próximo se pueden presentar elecciones en las Cámaras con cambios trascendentales. Por lo pronto, aunque se hayan retirado los ocupantes de las Tribunas, parece que el PRD no cambia su postura: obedecen aún a AMLO que dice “NO” a la reforma energética, como la entiende un buen número de mexicanos en este país.


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