domingo, 21 de septiembre de 2008

Calderón, machaca y mavhaca

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Sobre la reforma energética, el presidente Felipe Calderón Hinojosa hizo un llamado al Congreso para que la apruebe antes de que sea demasiado tarde.

“No podemos seguir negando la realidad. Las reservas del petróleo del país están disminuyendo y alcanzan tan sólo para nueve años más al ritmo de producción actual. Estamos importando el 40% de la gasolina que consumimos los mexicanos. La producción ha caído también”, manifestó Calderón Hinojosa. Explicó que actualmente se extraen 400 mil barriles diarios menos que hace cuatro años, lo que provoca pérdidas anuales por 100 mil millones de pesos en las finanzas públicas.
Todo esto en el marco de un Congreso displicente, en el que los legisladores cada uno quieren salirse con la suya. A pesar de que el Presidente ha dicho y reiterado que su iniciativa está para que la enriquezca no para que cada partido quiera imponer la suya. “No se trata de pelear un triunfo partidista, se trata de lograr lo mejor para un México nuestro que nos lo está demandando”.
Aquí cabe recordar que esta reforma energética está planteada desde la administración de Ernesto Zedillo, quien envió una iniciativa para tal objeto pero la mandaron a la congeladora, por obra y gracia de los legisladores de entonces (1997) que no pudieron o no quisieron ponerse de acuerdo. Hay que recordar que en ese entonces el PRI ya no tenía mayoría absoluta.
Posteriormente, durante su administración, Vicente Fox no sólo envió una iniciativa, sino que estuvo machacando sobre ella, pero los legisladores de PAN no pudieron impulsarla dado que no tenían con la necesaria mayoría calificada. Así los partidos de oposición: PRI y PRD la mandaron a la congeladora.
A raíz de que se inició la presente administración, el presidente Calderón empezó a machacar sobre la necesitas de llevarla a cabo. Hay que recordar que él fue Secretario de Energía durante dos años en la pasada administración, así es que está perfectamente imbuido en el problema. Pero, para descaro de los legisladores del PRI y PRD, le sacaban la vuelta aludiendo que el Presidente aún no mandaba iniciativa alguna, echándole definitivamente tierra a las dos presentadas anteriormente.
A las dificultades propias del análisis y aprobación de una reforma como este, hay que sumarle, en forma mucho muy importante, la intromisión de Andrés Manuel López Obrador, quien --él si-- organizando un verdadero complot para socavar cualquier acuerdo, todavía antes de que Calderón enviara su iniciativa, sacó de su manga la falacia de que lo que se pretende es privatizar a PEMEX. Con este falaz argumento se lanzó a movilizar a sus huestes que, como fieras convertidas en borregos, están prestas para estorbar todo.
Cuando se llevaron a cabo los foros en la Cámara de Senadores, que para mi gusto, a pesar de que hubo, sí, efectivamente gente calificada, hubo quien era notorio que estaban sólo para llevar indebidamente a esa arena la pugna partidista. Sobra decirles que dichos participantes estaban para echarle porras a PRD y diatribas al PAN, como fue el caso de Marván y Jalife, entre otros.
Parece que finalmente ya se está estudiando en serio, ojala que aterrice en buen puerto para bien de nuestro amado y sufrido país. México lo necesita, lo que se logre en bien será para beneficio de él, no de Calderón, de los legisladores o de cualquier otro. Siendo el bien para México, lo será para todos los mexicanos, ojala así sea.
Y el Presidente sigue machacando, al igual que con su llamado a la unidad para combatir la corrupción y la delincuencia. Seremos tan testarudos los mexicanos de soslayar ese llamado. Probablemente AMLO y su paniaguado Fernández Noroña sí, pero a este tipo de gente hay que irlos haciendo a un lado para que no estorben. De los mexicanos concientes depende.


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