sábado, 3 de octubre de 2009

Tenemos Presidente, ¿Tendremos Congreso?

Por: Jorge Madrigal Fritsch
miércoles, 23 de septiembre de 2009

Quiero comenzar esta reflexión con la impresión que tengo sobre la actuación de los medios de comunicación en general, tanto impresos, como por radio y televisión.
Las personas que trabajan en los medios sirven de puente entre lo que sucede y nosotros, el público en general; son seres humanos normales, con gustos, con preferencias, con ideales y con necesidades.
Todos ellos, naturalmente, tienen preferencias en todos los temas, y el político no es la excepción; por lo tanto, tienen predilección por algún partido o algún sistema de gobierno.
Por alguna circunstancia que no viene al caso discutir, el Partido Acción Nacional no cuenta con partidarios notorios en los medios de comunicación y, desde luego, el presidente Felipe Calderón tampoco.
Reconozco la actitud de algunos importantes actores de estos medios, que comunicaron honrada, centrada y meritoriamente el mensaje del Señor Presidente del pasado 2 de septiembre.
A los demás, no vale la pena incluirlos en mi reflexión.
El mensaje lo reflexiono en dos partes: En la primera, existen esfuerzos notables con verdadero impacto social, que serían muy festejados si hubieran sido informados por alguien perteneciente a esa cosa que denominan izquierda. Veamos:
1.- 10 millones de familias en el seguro popular.
2.- 5 millones de familias en pobreza extrema, con beneficios importantes del Programa Oportunidades.
3.- 6 millones de estudiantes con becas para continuar sus estudios.
4.- 400 mil trabajadores con subsidio en el sueldo para evitar despidos.
5.- 500 mil personas con trabajos eventuales, empleados en obras de importancia social y que evitaron caer en el desempleo.
6.- 800 mil casas a las que se les instaló piso de cemento y que estaban sobre tierra.
Lo anterior es una derrama económica importantísima que estuvo dirigida a millones de personas necesitadas.
Estas obras, lamentablemente, no serán consideradas importantes por los medios de comunicación, simplemente porque no fueron hechas por partidos políticos que cuentan con sus simpatías.
La segunda parte del mensaje resultó magistral. Contuvo autocrítica, análisis profundo y propuestas a toda la nación.
En adelante ya podrán decir lo que quieran los Muñoz Ledo, los Ebrard, los Beltrones, los Ortega, los Paredes, y vamos a darle chance a los López; antes que ellos ya lo propuso el Presidente Calderón.
Tenemos presidente, que ni duda cabe. Tenemos un presidente que trabaja, que es honesto, que sabe lo que está haciendo, que ha obtenido un prestigio y un reconocimiento internacional muy importante, que está beneficiando a los mexicanos dentro de los límites económicos y legales del país. Un presidente que no ha recibido el apoyo debido en sus propuestas; sin embargo, sigue y seguirá proponiendo y trabajando hasta el último día de su mandato.
La pregunta es ¿tendremos Congreso? Este poder Legislativo lamentablemente se ha convertido en solapador, en cómplice, en comparsa, en rémora, en ancla y peso muerto. Tal parece que se está desquitando de tantos años de no pasar de ser un adorno presidencial. Desgraciadamente los legisladores todavía no entienden la democracia y suge la pregunta ¿hata cuándo?
Durante los primeros tres años de gobierno, los priístas y los de esa cosa que llaman izquierda, se encargaron de entorpecer el verdadero despegue de muchas iniciativas importantes. Las retardaron o las aprobaron a medias, pues no buscaban el bien nacional, sino frenar al presidente.
Con los resultados electorales del 5 de julio, ahora el PRI será muy cuidadoso, porque tiene al frente 2012 y desde luego le conviene impulsar la economía del país. Por lo tanto, podrá convertirse en aliado del logro del presidente Calderón, y aunque lo festeje y se lo adjudique, no importa, las cosas se harán.
En cuanto a los cuates de la izquierda, no les veo camino. Para este trienio que viene tienen el espíritu de Andrés López: Alejandro Encinas, Gerardo Fernández Noroña y Carlos Navarrete. Los tres están igual que Juanito, el de Iztapalapa, si cumplen con su Andrés no cumplen con el Congreso y si cumplen con el Congreso, pues no cumplirán con su Andrés.
Y claro, nosotros los mexicanos seguiremos pagándoles a estos fantoches, mientras realizan su ridícula comedia, como el señor Navarrete, presidente del Senado de la República, que por no quedar mal con Andrés, no asistió al mensaje del presidente; y el señor Ebrard, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien llegó tarde y se fue temprano, para evitar que Calderón lo saludara.
Qué pequeños, qué ridículos, qué mediocres personajes, y si ellos representan a eso que se llama izquierda, pues qué pobre, ridícula y mediocre resulta esa postura. Simplemente con esa actitud se demuestra lo micerables y ridículos que son. No cabe duda que los llamados izquierdistas, salvo muy escasas excepciones, son un gran peso muerto con el que tenemos que cargar todos los mexicanos, ni hablar. Ya alguien lo dijo: "Parecen niños caprichudos"
De acuerdo a lo anterior, tenemos presidente y ojalá el PRI tenga altura de miras para que junto con el PAN, tengamos un Congreso que ayude a Calderón, y juntos propicien que salgamos de la tremenda crisis en la que estamos.
A los otros, ya que les pagamos, pues vamos a divertirnos con los bufones, pero de ellos no esperemos más.


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