Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
Dios me dijo que no, y agregó:
-- "No me corresponde a mi quitártelo, sino a ti renunciar a el".
Le pedí a Dios que mi hijo, deficiente físico, fuese perfecto.
Dios me dijo que no, y agregó:
-- "Su espíritu es perfecto y su cuerpo es apenas provisorio".
Le pedí a Dios que me diera paciencia.
Dios me dijo que no, y agregó:
-- "La paciencia deriva de las tribulaciones, y no es dada, sino conquistada".
Le pedí a Dios que me diera felicidad.
Dios me dijo que no, y agregó:
-- "Yo te doy bendiciones, la felicidad depende de ti".
Le pedí a Dios que me protegiera del dolor.
Dios me dijo que no, y agregó:
-- "El sufrimiento te separa del mundo y te trae mas cerca de mi".
Le pedí a Dios que hiciera crecer mi espíritu.
Dios me dijo que no, y agregó:
-- "Tienes que crecer sólo, más yo te podaré para que des fruto".
Le pedí a Dios todas las cosas para poder disfrutar de la vida.
Dios me dijo que no, y agregó:
-- "Yo te doy vida para que puedas disfrutar de todas las cosas".
Le pedí a Dios que me ayudara a amar a otros, tanto como yo me amo".
Dios me dijo:
-- "¡Ah, finalmente comprendiste la idea".
Ama a tu prójimo como a ti mismo.
«La vanidad es la gloria de los pobres de espíritu»
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