martes, 31 de julio de 2007

Un peje y sus falacias

Querien Vangal

Quizás sea natural que después de una elección presidencial tan cerrada como la que presenciamos hace apenas unas semanas, se generen algunos rumores sobre el procesamiento y la comunicación de los resultados electorales, que a fuerza de repetirse se convierten en dichos, y que terminan por ostentarse como argumentos.
Pero varios de estos argumentos no tienen sustento en la evidencia empírica. Unos más generalizan a partir de incidentes aislados. Otros simplemente revelan desconocimiento de las regulaciones electorales y de los acuerdos que el IFE suscribió con los partidos políticos.
Finalmente, encontramos argumentos lógicamente defectuosos o que se desprenden de premisas falsas o, cuando menos, endebles. A continuación comento algunos argumentos que considero falaces, pero que al parecer han sido admitidos ya como verdaderos en el imaginario colectivo de un grupo de ciudadanos.
PRIMERA FALACIA.- El IFE actuó sin transparencia, al no dar a conocer los resultados del Conteo Rápido la noche del 2 de julio.
Comentario. El Conteo Rápido no es el conteo de todos los votos, sino una estimación de la tendencia electoral basada en los votos emitidos en un conjunto de casillas. Estas estimaciones —aun las más poderosas— siempre tienen márgenes de error. Por lo tanto, en caso de que la elección arroje resultados muy cerrados, tales márgenes impiden pronosticar con plena certeza cuál será el candidato ganador. Esto fue lo que sucedió la noche del 2 de julio: tal como se tenía previsto en un acuerdo avalado por los partidos políticos, el Consejero Presidente del IFE no difundió los rangos de votación, dada la estrechísima diferencia entre los dos candidatos punteros. Una vez que este funcionario recibió el informe sobre los resultados del Conteo Rápido, redactado por un Comité Técnico Asesor, se limitó a transmitir las conclusiones a las que habían arribado los expertos. Después de mencionar que no era posible saber cuál candidato había obtenido el porcentaje más alto de la votación, el Consejero Presidente señaló que los resultados finales (no definitivos) de la elección se darían a conocer al concluir los cómputos distritales. Se ha criticado la decisión de no dar a conocer esa noche cuál era el candidato que iba adelante en los rangos de votación, pero ese anuncio hubiera sido descalificado de inmediato por los demás candidatos e, incluso, se hubiera corrido el riesgo de que los resultados finales colocaran en primer lugar a un candidato distinto del sugerido por los rangos previamente. En este caso, acotar la incertidumbre que se generó esa noche era imposible pues el Conteo Rápido —poderoso instrumento en elecciones pasadas— resultó insuficiente para un escenario como el que se presentó ese día.

SEGUNDA FALACIA.- Ciertos comportamientos de los resultados que arrojó el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), demuestran que tal programa fue manipulado para favorecer a uno de los candidatos.Comentario. A diferencia del Conteo Rápido, el PREP no señala tendencias sino que da a conocer al público la votación que arrojan las actas, casilla por casilla, conforme los paquetes electorales llegan a las oficinas de los Consejos Distritales. Se ha difundido la creencia equivocada de que este flujo de información debe mostrar, en el tiempo, un comportamiento aleatorio. Sin embargo, en la captura de los datos intervienen varios factores que impiden que tal flujo se comporte de ese modo: los tiempos diferenciados de traslado de cada paquete electoral, las distancias entre las casillas y las oficinas de cada consejo distrital, la disponibilidad o carencia de medios de comunicación, los tres husos horarios vigentes en el país durante la jornada electoral, entre otros. Dado el comportamiento no aleatorio que muestra el flujo informativo del PREP, se ha difundido también la tesis errónea de que el PREP posiblemente haya utilizado un algoritmo (es decir, un conjunto definido de operaciones) para sumar y restar votos a ambos candidatos de manera arbitraria. Entre otras acciones, lo anterior supondría la participación deliberada en un fraude por parte de los 300 Centros de Acopio y Transmisión de Datos (es decir, de los 4,104 empleados que trabajaron en ellos), y la inclusión de tal procedimiento en el código fuente del programa. Tal manipulación de la información parece prácticamente imposible dado el diseño del PREP y las mejoras tecnológicas que experimentó para estas elecciones. Para garantizar alta seguridad, el PREP utilizó terminales de captura como las que se utilizan para las transacciones bancarias. Además, para minimizar los errores en el registro de datos, las actas fueron capturadas dos veces y cotejadas posteriormente contra las propias actas por una tercera persona a través de un voucher o comprobante de registro de datos. Finalmente, se ha dicho falsamente que justo antes de que se diera el cruce entre las líneas de preferencia de los dos candidatos punteros, el IFE detuvo el suministro de información del PREP durante casi una hora. Tal afirmación es insostenible frente a la evidencia: el flujo de información del PREP siempre fue continuo; el tiempo máximo entre dos actualizaciones fue de trece minutos.

TERCERA FALACIA.- Durante la operación del PREP, el IFE “perdió” o “desapareció” tres millones de votos.
Comentario. En ningún momento sucedió algo así. Alrededor de 2.6 millones (2,581,226) de votos se ubicaron en el archivo de actas con inconsistencias, el cual llegó a congregar 11,184 de tales actas —colocadas ahí conforme a criterios que acordaron los partidos y las coaliciones el 10 de febrero pasado. Cuando los votos de estas actas fueron agregados a los resultados finales del PREP, estos resultados no se revirtieron, aunque la distancia entre los dos primeros lugares pasó de 1.04 por ciento al 0.62 por ciento. La página electrónica del PREP incluyó un hipervínculo para consultar este archivo, al cual la ciudadanía y los partidos políticos tuvieron acceso en todo momento. Por lo que toca a los partidos políticos, hay registros en las bitácoras electrónicas de que consultaron dicho archivo a lo largo de la operación del PREP. Ahora bien, por lo que toca a la ciudadanía, la información publicada en la página electrónica del PREP debió ser más abundante y clara en el sentido de que el total de casillas procesadas no incluía aquellas cuyas actas se encontraban en el archivo de las inconsistentes. Conclusión: ningún voto se “perdió” o “desapareció” durante el acopio de datos que realizó el PREP. En estos momentos, los consejos distritales y las Fuerzas Armadas tienen bajo su resguardo los paquetes electorales con las actas de casilla y las boletas de cada uno de los votantes, las cuales fueron contabilizadas en los cómputos distritales.

CUARTA FALACIA.- El IFE no actuó con transparencia, al negarse a contar voto por voto, casilla por casilla.
Comentario. En cada casilla, los ciudadanos realizaron el conteo voto por voto en presencia de los representantes de los partidos políticos y los observadores electorales. Los resultados se asentaron en las actas correspondientes. Por ley, durante el cómputo distrital se abren los paquetes electorales para extraer el sobre con el expediente de casilla y cotejarlo con los resultados de las actas del PREP en poder del presidente del consejo distrital. También, durante el cómputo distrital, el IFE está facultado para abrir únicamente aquellos sobres que contienen las boletas en los casos en que el acta del PREP no coincida con el acta del expediente de casilla; cuando se detecten alteraciones evidentes en las actas; cuando no exista el acta en el expediente de la casilla; cuando el Presidente del Consejo Distrital no tenga en su poder dicha acta; y cuando existan errores evidentes en el llenado de las actas. En caso de que los sobres que contienen las boletas se abran sin una justificación legal, podría propiciarse la anulación de la votación en la casilla. Los cómputos distritales de la elección presidencial que iniciaron el 5 de julio se llevaron a cabo ininterrumpidamente en sesiones públicas en las que se abrieron 2,873 paquetes electorales y los sobres con las boletas en presencia de los consejeros distritales, los representantes de los partidos políticos y los observadores electorales. En conjunto, este ejercicio dio como resultado que a todos los partidos políticos o coaliciones se les restaran votos (un total de 64,026) lo que ajustó a la alza los porcentajes del PAN (con un .025 por ciento), de la Coalición por el Bien de Todos (con un .020 por ciento) y de Alternativa Socialdemócrata y Campesina (con un .002 por ciento).

QUINTA FALACIA.- El IFE abrió paquetes electorales de manera ilegal después de que concluyeron los cómputos distritales.
Comentario. Como ha ocurrido en los procesos electorales anteriores, después de que concluyen las sesiones de los cómputos distritales, los consejos distritales deben obtener de los paquetes electorales los documentos necesarios para integrar los expedientes que, por ley, se tienen que presentar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y se dejan intactos los sobres sellados con los votos. Entre los documentos que requiere el Tribunal Electoral están las hojas de incidentes, los escritos de protesta y las actas de casilla.

SEXTA FALACIA.- El IFE evadió su responsabilidad y le transfirió el conflicto al TEPJF.
Comentario. El IFE se apega a lo que establece la ley para la declaración de validez de las elecciones del 2 de julio. Como parte del proceso electoral, los partidos tienen el derecho de presentar impugnaciones, y el TEPJF es la instancia responsable de resolverlas. En esta etapa, al IFE le corresponde proporcionar al tribunal la información que requiera para emitir los fallos correspondientes. La tarea del IFE no ha terminado. Conforme a lo establecido en la ley, una vez resueltos los juicios de inconformidad, diferentes instancias son las encargadas de declarar la validez para cada elección: la declaración de validez de la elección presidencial le corresponderá al TEPJF; los Consejos Distritales declararán la validez de la elección de diputados por mayoría relativa; los Consejos Locales declararán la validez de la elección de senadores por mayoría relativa; y al Consejo General le corresponderá la asignación de diputados y senadores elegidos por el principio de representación proporcional.
Como se ve, cualquier persona mínimamente razonable entiende que esas seis falacias, esgrimidas por López Obrador y sus paniaguados, son invenciones desesperadas por querer ganar una elección en la mesa y no en las urnas. El Peje no cede porque quiere ganar a toda costa, o sea quiere arrebatar lo que creía suyo y no quiere entender que no lo es. Quiere seguir el procedimiento que siguieron el fascismo de Mussolini en Italia, el nazismo de Hitler en Alemania y el comunismo de Stalin en la Unión Soviética: lavarle la mente a la gente atraída por el influjo de las demagógicas ofertas que, como letanía, ha dicho desde que era candidato para el Gobierno del Distrito Federal. Dentro de su paranoia él se cree el ungido y no acepta la realidad. Ha llegado al grado de ostentarse ya como presidente.

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