martes, 31 de julio de 2007

Andrés Manuel López Obrador ¡Mein Führer!

Enrique Galván-Duque Tamborrel

Nemo potest personam diu ferre fictam. Ficta cito in naturam suma recidunt «Nadie lleva mucho tiempo el disfraz. Todo lo que está disfrazado vuelve al punto a su naturaleza.» (Séneca)


Hace ya varios años, si mal no recuerdo por allá de los ochenta, supe por primera vez de Andrés Manuel López Obrador. Estaba de paso por Villahermosa, Tabasco, cuando oí de unos amigos que trabajaban en el CAPFCE comentarios de él, por cierto no muy favorables ya que hicieron referencia de que era una persona extremadamente conflictiva. Pasaron algunos años, creo que fue por 1995, conocí accidentalmente en la Ciudad de Oaxaca a un señor originario de Macuspana, Tabasco, con quien hice plática con cierto interés por recordar que aquella región es el origen de la familia materna de mi abuela materna –mi madre era originaria de Tenosique, Tabasco--. Rascándole al asunto salió que veníamos siendo parientes, muy lejanos, pero al fin veníamos de la misma rama. Como siempre sucede en casos similares, brotaron nombres, y entre ellos a Andrés Manuel, de quien me dijo era pariente suyo, de la misma rama familiar que nos unía. Así, independientemente de lo lejanísimo de la relación, por el sólo hecho del origen, cuando se le empezó a nombrar mucho en los medios, y a pesar de que no eran muy de mi agrado sus procedimientos, sentí un especial afecto por él.
Me dio mucho gusto cuando manifestó su deseo buscar la gobernatura de Tabasco; no me gustó mucho cuando giró hacia el D.F., principalmente por no ser originario del D.F. y porque no escondía lo tabasqueño, vamos sentí que como que traicionaba a Tabasco. Pero finalmente, cuando ganó las elecciones en el D.F. renové mi sentir a favor de su posición y nació en mi la esperanza de que hiciera un buen gobierno, y por qué no, que le sirviera de trampolín para la presidencia de la República, sobre todo pensando en un candidato fuerte que impidiera el retorno, cuando menos en dos periodos más, del priísmo que tanto daño le hizo a México.
Inició su gestión Andrés Manuel y, a pesar del buen ambiente que tenía ---debido en mucho a la satisfactoria actuación de Rosario Robles—, empezó a deteriorarlo por su cotidianos ataques al presidente Fox, ataques sin ninguna necesidad, que más parecían de un muchacho peleonero que de un gobernante inteligente. Pero lo más impactante, cuando menos para mi y estoy seguro de que también para muchas ---el muchas en este caso pueden ser de millones--- personas, fue que, inmediatamente después que agredía, con voz de niño bueno expresaba: “amor y paz”. Esta actitud, manejada con gran naturalidad, me empezó a dar miedo, me hizo recordar aquel insecto que de chamacos le decíamos: “pica y huye”; y que, a los que así procedían, en la escuela de muchachos les llamábamos: “los insidiosos”, y ya después, en la vida de la política, los conocemos como: “los demagogos”.
Finalmente, Andrés Manuel se descaró como un gran demagogo, y cuidado con él. A mi ---y estoy seguro de que a mucha gente también--- me causó una gran desilusión, ahora me da temor de que pueda llegar a más, estoy seguro de que sería un gran mal para el país. Es preocupante como sus huestes de seguidores le aplauden la más mínima sandez que dice, o la más mínima actitud negativa que tenga, así sea lo que sea; como que no piensan, como si tuvieran un chip en el cerebro que los hiciera actuar como robots. Esto fue notorio durante los recientes acontecimientos, tanto con los de los delitos de sus más cercanos colaboradores, como con lo del bloqueo y toma de la Cámara de Diputados.


¡MEIN FÜHRER!

La vida de los mortales, ¿qué es sino una comedia como cualquier otra, en la que unos y otros salen cubiertos con las carátulas a representar sus papeles respectivos, hasta que el director de escena les manda retirarse de las tablas? Los hipócritas entienden perfectamente lo que es la virtud; pero no la practican, se conforman con aparentarla….

Don Manuel Camacho Solís, el otrora ferviente priísta y salinista, después convergencista y finalmente –en busca de seguir siendo protagonista—perredista, y para rematar, panegirista de Andrés Manuel, tuvo a bien invitar a Andrés Manuel a participar en el foro “Gobernabilidad democrática, ¿qué reforma?” que se llevó a cabo en uno de los anexos de la Cámara de Diputados. En su intervención, Andrés Manuel presentó una ponencia en la que propuso cinco puntos esenciales:
1.- La gobernabilidad es posible sin autoritarismo y con apego a las garantías individuales y sociales.
2.- La estabilidad y la paz social dependen en mucho del fortalecimiento de la democracia. Está demostrado que siempre habrá menos conflictos políticos si se garantiza la celebración de elecciones libres.
3.- El presidente de la republica debe actuar como hombre de Estado y respetar todas las expresiones políticas e ideológicas, haciendo a un lado las posiciones partidistas y garantizando el derecho de los mexicanos a la disidencia y a la inconformidad.
4.- Debe consolidarse el principio de división y equilibrio de poderes. La división de poderes era una farsa. La relación del ejecutivo con el poder judicial debe darse apegada a la legalidad y al derecho.
5.- La relación del ejecutivo federal con los gobiernos estatales, del Distrito Federal y municipales, debe ser motivo de una revisión a fondo en el marco del federalismo.
Esta propuesta, compuesta por los citados cinco puntos, puede gustar o no, puede ser analizada y discutida en un ámbito netamente democrático, todo eso está bien; pero de entrada analicémosla de acuerdo con el real proceder del propio proponente, en el mismo orden referido en la ponencia:
1.- Los días martes 5 y jueves 7 de octubre sucedieron hechos bochornosos, materialmente de asalto a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. El comportamiento por demás vandálico de los legisladores ---locales y federales--- lopezobradoristas fue una expresión del autoritarismo que no respetó las garantías individuales que culminan con el funcionamiento institucional del legislativo como representación del pueblo. Posteriormente Andrés Manuel, mustiamente ---como niño bueno--- se quiso lavar las manos diciéndose ajeno a los hechos, cuando a todas luces era gente incondicional de él, además, actos de esa magnitud no se hacen por las propias pistolas de los actores. Conclusión: signo de hipocresía y demagogia del Jefe.
2.- Al utilizar a legisladores perredistas, e incondicionales de él, como arietes violentos para pisotear a una de las instituciones máximas de la democracia electoral, como es y debe ser, el poder legislativo, demuestra, con hechos, actitudes contrarias a lo que pregona. Además, las elecciones libres promovieron el equilibrio de las bancadas y la democracia exigía obedecer a las mayorías. El asalto lopezobradorista al Congreso demuestra que Andrés Manuel no cree en la democracia. En su show mañanero, dice constantemente: ¡Qué me ganen en las urnas!, y cabe la pregunta: ¿para qué vocifera, si de todos modos no respeta el voto? Conclusión: signo de hipocresía y demagogia del Jefe.
3.- Andrés Manuel es gobernante y aspirante a la presidencia de la República, sin embargo atentó contra el Estado al agredir al Congreso. No respetó la pluralidad dado que ofendió a otros partidos ---PRI, PAN, PVEM. CD y PT---, magnificó su perredismo contra los demás partidos y no garantizó la disidencia. Actuó como gobernante faccioso y reveló cómo se comportaría si llegara a la presidencia. Conclusión: signo de hipocresía y demagogia del Jefe.
4.- Al mandar a los legisladores locales y a los delegados como peones propios a agredir al Congreso, Andrés Manuel violó la división y equilibrio de poderes; además, demostró que la división de poderes en el Distrito Federal es una farsa. Por otra parte, ha atacado la credibilidad del poder judicial para impedir el funcionamiento judicial apegado a la legalidad y al derecho. Conclusión: signo de hipocresía y demagogia del Jefe.
5.- Andrés Manuel ha provocado la violencia política contra el Congreso para impedir una redefinición federalista de la descentralización educativa, De hecho, lo que busca es mantener al Distrito Federal en un régimen de excepción. Conclusión: signo de hipocresía y demagogia del Jefe.
Cuanto más me profundizo en analizar la verdadera personalidad de Andrés Manuel más me asusto, realmente es un tipo sui generis, digno espécimen para un especial estudio antropológico. Y lo digo con respeto ---lo del estudio antropológico--- pero hay cosas que dice con una naturalidad pasmosa, por ejemplo: dice, a voz cantante, que el proceso de desafuero que se le sigue es un golpe de estado, y por otro lado ataca, invade y pisotea al Congreso, acción que constituye de hecho un verdadero golpe de estado. ¡Ah! ¿Y quien creen que está apadrinando la inquietud manifestada por Andrés Manuel, pues ni más ni menos que Manuelito Camacho Solís, ¿cómo la ven?
Andrés Manuel encabeza a grupos que no quieren modificaciones democráticas y que defienden con violencia política el viejo status autoritario, status que se supone liquidado, pero ya ven que no. Acusa a los que supuestamente lo atacan ---ataques que nada más ve él--- en facciosos; pero él, con hechos, demuestra que el faccioso es él.
Hallar la virtud es empresa harto difícil; pero en cambio, hallar su sombra es fácil, pues donde quiera se encuentra; me refiero naturalmente a la hipocresía. La virtud artificiosa es peor que la maldad, porque ésta se ejecuta por medio de aquella.
Confieso que todo esto me tiene profundamente consternado y mucho muy preocupado, a lo cual tengo el por qué y todo el derecho, no por mi ---ya soy un viejo que quizás ni llegue al 2006---, sino por el futuro de mi amada Patria, a la que aprendí a amar y respetar desde la cuna.
Andrés Manuel se siente ---lo ha externado varias veces--- un iluminado y se considera la esperanza del pueblo, es un Führer mexicano en potencia. Me pregunto: ¿qué pasaría si llega a la presidencia de la República y encuentra obstáculos similares a los que se ha enfrentado Fox?, ¿si los medios informativos, analistas, politólogos, etc. arrasan con él como lo han hecho con Fox?, ¿si el Poder Legislativo fuera un hueso duro como lo ha sido con Fox? Fox ha aguantado con verdadero estoicismo y ha sido un tozudo en mantener el respeto a las instituciones y al estado de derecho; ¿qué haría Andrés Manuel? Cierro los ojos y mentalmente ---compaginando las ideas con su proceder actual--- me imagino que a los medios informativos, si lo critican, les pondría de inmediato una mordaza; si el Congreso lo contradice o presiona, lo disolvería y armaría otro a su gusto ---estilo Fujimori en Perú---; maniataría al Poder Judicial; en fin, impondría su voluntad con el apoyo de sus huestes que para organizar marchas, cadenas y borlotes se las pintan solos. Nacería un MexFührer.
Posiblemente muchos piensen que estoy más loco que Andrés Manuel, pero no me negarán que existen fundamentos de peso para temerlo así. A la mejor, como Andrés Manuel con los complots, yo estoy viendo moros con tranchete y, en tal caso, ahí la dejo.
De Las mil y una noches extraje lo siguiente, que creo es ad hoc: “¡Desconfía y procura huir cuando la víbora se enrosque mimosamente! ¡Va a estirarse, y su veneno entrará en tu carne con la muerte!”
Y… para finalizar… advertir que es baja acción, que sólo una fiera toca, madre de engaño y traición, el halagar con la boca y matar con la intención.


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