viernes, 18 de enero de 2008

Las aventuras de pejenochio

Por: Mario Galván-Duque Toledo


Hace mucho, mucho tiempo, existió un partido político el “Peredetto”, lleno de viejos dinosaurios y actitudes extremistas. Un día se vieron en la necesidad de conseguir sangre nueva para poder sobrevivir, decidieron crear un muñeco de trapo de la calle, feo, sin mucha gracia y tintes tabasqueños. Le llamaron “Pejenochio”.

Cuando llegó el momento de cambiar la jefatura de la gran Ciudad-reino, un consenso se formó para elegir al mejor hombre para tal empresa...pero de repente una voz chillona y pausada se dejó escuchar:”...yo...quiero...yo quiero...gser...el candidato...”. Impactados se quedaron los otros candidatos al escuchar al pequeño Pejenochio con tal propuesta dado a su inexperiencia y juventud.

Pero, a pesar de todos los problemas que ocasionó tal declaración, el Peredetto consintió su candidatura por ser su creador. Y así, poco a poco fue acabando con sus oponentes y llegó a la gobernatura de la Ciudad-reino. Peredetto estaba contento con lo que Pejenochio había conseguido en tan poco tiempo. Todo iba de maravilla para Pejenochio, todos los días tempranito se levantaba, y feliz a trabajar como gobernante de la gran Ciudad, a los periodistas siempre se detenía a saludar. Hasta que un día un extraño evento le ocurriría a Pejenochio comenzó a tener pensamientos libres y desmesurados, con malas compañías se había juntado y la aparición de “Camacho-grillo” (su entrañable amigo imaginario, que misteriosamente al tacto visible se había vuelto), dieron un giro de 180°, a Pejenochio ya no le interesaba la Ciudad-reino ambicioso se había tornado y al pobre Peredetto no hacía caso.

Ante tal actitud algo se debía hacer, Pejenochio no tenía control Camacho-grillo le había nublado la razón. Una noche mientras dormitaba, Pejenochio tuvo una visita inesperada (eso cree él) y una bella dama, iluminada por el alba y olvidada por una comitiva se acercó a Pejenochio y díjole:”Has sido malo Pejenochio, muy malo. Has desobedecido a Peredetto, has dejado atrás tus ideales. ¿Porqué Pejenochio?” A lo que él respondió:”...Mira.............Amalia-madrina............no sgé...............que...........que tienegs contra mi persona..............pero egsto.........eg un compló...........YO........lo........único que quiero...........egs........segr Pregidente del País-reino.......y.......ni tu ni nadie........óyeme bien.........................ni tu ni nadie me lo impedirá...............”. Ante tal declaración, Amalia-madrina se alejó de Pejenochio para nunca más ser vista. Desafortunadamente, Peredetto oyó la conversación entre estos seres, y con lágrimas en los ojos abrió la puerta del cuarto de Pejenochio, lo abrazó y le dijo:”Si Presidente del País-reino quieres ser, con mucho gusto hijo mío, te apoyaré”.

Y así, Pejenochio, Peredetto y Camacho-grillo, comenzaron su gran travesía, se dedicaron en cuerpo y alma...todo...por alcanzar “un sueño”, el sueño de la “Presidencia del País-reino”. Pero el no era el único que tenía ese sueño, existía en ese reino otros individuos que, al igual que el pequeño Pejenochio, tenían el mismo sueño. El Zorro-azul, un aspirante serio y confiado de su experiencia; el Dino-golpes, un ser despreciable y holgazán, deseoso de poder; la Fémina-tianguis, una cara nueva sin muchas pretensiones; el Cuate-campa, salido de una cueva de mapaches, parece un ser reformado con ganas de trabajar.

Los ciudadanos del País-reino hicieron un llamado al ser que podía resolver esta disputa, el Búho-electoral. Este ser decidió llevar acabo una competencia sin precedentes y justa para los cinco aspirantes. La competencia consistía en encerrarlos en una casa, donde serían observados todo el día, hasta el día de la competencia, pero, al final de cada semana estos individuos tendría un debate público en el cual, el Búho-electoral escogería un tema en específico para que los interlocutores diesen a conocer la manera mediante la cual, darían solución a dicha cuestión. Durante la emisión de este debate, los habitantes del País-reino tendrían la oportunidad dar al candidato de su elección su voto de confianza, mediante una simple llamada telefónica. Y, al finalizar cada emisión, tendrían la oportunidad de reunirse con su equipo de trabajo para planear estrategias. Para cuando el día final llegue, el presidente del País-reino sería aquel, que al final, consiga el mayor número de votos de los habitantes, el tiempo que lleven encerrados, una “elección popular”.

Así, decidido por los cinco, hicieron pacto de no agresión y respetar la decisión de los habitantes.

Comenzó entonces el primer día de encierro de los cinco candidatos, y con ello el pacto quedo en el olvido. Empezaron a darse con todo y a decirse de todo. Peredetto y Camacho-grillo acordaron con Pejenochio que el único debate en el cual participaría sería el último, porque según ellos los demás eran una farsa. Y mientras los demás durante los debates hacían hincapié en los defectos de los demás (que no bajan la tapa del inodoro, que deja sus calzones colgados en el baño, que le apestan los pies, deja sus pelos por toda la casa, etc.), Pejenochio creía tener la competencia ganada, según el, en gran medida a la estrategia que le dieron sus camaradas.

Pasaron varas semanas de intensa competencia, haciendo más que nada descalificativos y claro, Pejenochio no se salvó de ello. Fue blanco de las más infames acusaciones, pero aguantó, hizo frente, mientras estaba sólo en la casa, devolvió cada una de ellas con tanta fuerza, que sus simpatizantes crecieron en número, la estrategia de Peredetto y Camacho-grillo estaba resultando ser la mejor.

Finalmente el tan esperado día llegó, el último debate, Pejenochio y el Zorro-azul estaban muy parejos, el Dino-golpes parecía extinto en la recta final, Fémina-tianguis y Cuate-campa tuvieron una lucha para no ser eliminados de la competencia definitivamente. Pejenochio estaba muy nervioso, era su primer debate con los otros candidatos, pero secretamente le habían dado un trozo de papel, en el cual le revelaron la estrategia a seguir para su victoria. Confiado en su popularidad conseguida por una maravillosa estrategia, Pejenochio fue el primero en aparecer para el debate los “miedos de degeneración” quedaron maravillados ante su inesperada llegada, lo hicieron sentir como “casi-un-semi-Dios”. No paso mucho tiempo para que los otros cuatro aparecieran, y entonces la gran competencia dio inicio. Para no perder la costumbre, los descalificativos comenzaron, pero no entre ellos, sino contra el pobrecito de Pejenochio quien llegado su turno para responder a las acusaciones, se quedo callado y con la cara de imbécil (no es que no la tenga así, solo que esta vez era más notorio), y al momento de que la cruel batalla había terminado, los otros dieron a conocer sus propuestas, pero el pobre Pejenochio seguía sin responder y no pudo meter las manos en tan tremenda caída. Finalizado el debate, todos esperaban nerviosos el conteo de los votos emitidos por los habitantes, de acuerdo con el Búho-electoral, el conteo rápido indicaba que la competencia se encontraba muy cerrada, Pejenochio y Zorro-azul se encontraban a la cabeza, los demás sólo buscaban sobrevivir. Tras unos días de inmensa desesperación y nerviosismo, el Búho-electoral reapareció para dar a conocer al ganador.........el Zorro-azul. Ante tal noticia Pejenochio quedo pasmado, la estrategia había fallado, le preguntó a Peredetto el por que de su fallo, a lo cual le dijo:”No seguiste el plan según lo acordado, un error fatal has de haber consumado, el debate no fue lo que esperamos....”. Y Pejenochio con la cara que pone cuando no entiende nada o no quiere entender respondió:”..............Pero......................gi...............hige...........lo.......................que............... me................pedigte........................en.....la................nota...................ira.....................aquí ...........dige...............Ge................tu....................migmo............................................y............................ejo.............................hige.....................”. Peredetto quedo impactado por lo que Pejenochio le comentó, y le dijo:”No seas pendejo, jamás te diría que te comportes como un imbécil frente a todos, como se te pudo ocurrir que yo te diera semejante consejo. Hijo mío, te boicotearon bien gacho, has hecho caso a un consejo anónimo y por ello has perdido”. Pejenochio no lo podía creer ¿Quién era capaz de arrebatar los sueños del pobre Pejenochio?

Fácil, antes de la competencia los otros concursantes se reunieron secretamente donde nadie los podía molestar, y ante la posible victoria de Pejenochio volvieron a hacer un pacto, en el cual, todos atacarían un frente común, el muñeco de trapo sin gracia, dado que si el ganaba la fregada aparecería para hundir al País-reino, la pobreza y desesperación estarían en el corazón de cada individuo, ese fue el futuro previsto si el ganaba. Por ello, los otros decidieron formar una alianza para que el País-reino no cayera en manos tiránicas y perversas. Y así, decidieron atacar el problema, se dieron cuenta de que Pejenochio no podía hacer nada por el mismo, que dependía en demasía de Peredetto y Camacho-grillo, por ello, hicieron una nota que poco después se le entregaría una mensajero anónimo. Pejenochio al no comprender la magnitud de lo que había hecho, decidió aventurarse al mar, donde lavaría su pena con Peredetto. Y así lo hizo, zarpó de un pequeño puerto tabasqueño montado en un tronquito habilitado como bote, así fue como con facha de “perro arrepentido, con una mirada tierna, el hocico partido y la cola entre las piernas”, se alejó Pejenochio para no ser visto nunca más y “todos” el en País-reino vivieron felices por siempre y Pejenochio, esa es otra historia.

Moraleja 1. La unión hace la fuerza, si se dejan atrás las diferencias y se trabaja por un bien común, se puede alcanzar el objetivo final.

Moraleja 2. Si alguien te pide ser tu mismo, olvídalo (sobre todo si careces de gracia y no eres seguro de ti mismo, y si a esto le sumas tu pobre vocabulario) es mejor que intentes ser alguien más, por lo menos así no metes la pata.

No hay comentarios: