domingo, 6 de diciembre de 2009

Memorando a Martín Esparza, el líder travieso


Por: René Mondragón

noviembre / 2009



Para: Martín Esparza


De: Don Sebas



La verdad, yo no tenía el gusto de conocerlo. Supe cómo era usté, hasta que le dieron el esquinazo en la dirigencia del sindicato. Sin embargo, no hace falta que venga su mercé a que le corte alguna oreja, porque sólo basta escucharlo hablar, para que usté solito se pinte de cuerpo entero.



Me da la impresión que usté todavía pertenece al grupo de líderes sindicales, al más puro estilo de don Perpetuidad Velázquez, "la Quina", Francisco Hernández Juárez o Carlos Romero Deschamps, a quienes el "Son de la negra", las escaramuzas o "El mariachi loco", los hacen sentir en casa, por aquello de que les aflora el espíritu charro por los poros; y el sentido de trajinera de Xochimilco los delata, toda vez que quieren cambiar de rumbos, navegando siempre en las mismas aguas.



¿Cuántas "travesuras" le hizo usté a sus agremiados, al grado de que, ni la gente que dice usté representar, quiso votar a su favor?



Claro. Se supo que su camarilla de corifeos hizo de todo –cochupos, sobornos, inflar los padrones, falsificar datos y no sé cuántas cosas más¬– con tal de continuar en el mismo modelito de canonjías que les han permitido gozar de todo sin limitarse en nada.



¿Cuántos "Operadores de Tablero", que se supone que ésa era su plaza en Luz y Fuerza del Centro (LyFC), podrían darse "la dolce vita" que usté llevaba? Seguramente, unos cuantos: ¡sus cuates!



Pero, bueno. Eso ya no podrá ser, porque es muy probable que usté no haya ido a recoger su indemnización, liquidación y finiquito; y menos aún, a hacer sus exámenes para ver si le dan chamba en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).



Esto quiere decir que el último recurso que le queda a usté, es lanzarse de candidato a diputado por el PRI; o ante la falta de apoyo tricolor, pedirle a Porfirio Muñoz Ledo y a Gerardo Fernández Noroña, que le hagan un campito en el PT; ya ve usté que ahí –como es sucursal para exiliados del PRD– los premios de consolación son accesibles a cualquier gente que desee alquilar la siglas.


Me parece, mi estimado joven Esparza, que el gran perdedor del debate sobre Luz y Fuerza fue precisamente usté. Ya se veía venir; así que no tiene que asombrarse tanto, ni hacer aspavientos de sorpresa.



Ya no era posible que mis clientes de la peluquería, mis vecinos y yo, siguiéramos pagando su sueldo, sus prestaciones, sus privilegios y sus "conquistas sindicales" que tan buena posición económica le han reportado, haciendo que la crisis le haga a usté, lo que el calentamiento global al benemérito.



A la mayor parte de la población ya se le olvidaron todas las trampitas y triquiñuelas que realizó la gente que usté comanda; todo, para "ganar las elecciones sindicales". ¡Nada más penoso! Por eso las autoridades del trabajo lo desconocieron, pero también las personas que decía usté representar, al saber la noticia, pues también brincaron de gusto.



Ya sé que don Panchisco Hernández Juárez le prestó a algunos activistas para que se viera un montonal de gente protestando por la decisión del Presidente Calderón –misma que yo también respaldo– y que pedían varios sueños guajiros. Lo único que les faltó a sus gritones fue solicitar un aumento salarial de emergencia.



Me preocupa que siga usté encabezando una batalla pírrica, tan efectista como estéril.



Me preocupa que convoque usté a un "paro nacional" –suponiendo que alguien le haga caso– precisamente, cuando México necesita más que todos trabajemos con mayor calidad, con entusiasmo, con ganas de sacar a las familias adelante.



Me angustia su llamado a una "huelga nacional", justamente, cuando todos tenemos que aportar nuestra parte para ser más competitivos, para mejorar la economía de los que menos tienen; y pa' abrir mayores oportunidades de crecimiento.



Me llena de indignación, ver la forma en que se engaña a su cada vez menor cantidad de asociados, con el tema de los amparos; con el asunto de que la huelga nacional será lo que eche para atrás el decreto de liquidación de LyFC.



Esa batalla, don Martiniano, está perdida. Usté la perdió. Deje que los trabajadores salven a sus familias. ¿O también los va a dejar sin comer?





«LA ORACIÓN DEL QUE SE HUMILLA PENETRARÁ HASTA LAS NUBES»




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