viernes, 2 de noviembre de 2007

Deporte exitoso: pegarle a Fox

Fuente: Yoinfluyo
Autor: Salvador I. Reding Vidaña


Sus enemigos están de plácemes, Vicente Fox es el blanco de ataques por todas partes. Las acusaciones de ladrón presidencial se multiplican, y la chusma, así como gente que se supone “pensante”, hablan de “lo que se robó en la presidencia”.
Independientemente del enorme error de publicar la entrevista con fotos del rancho en una revista de “riquillos”, que dio pie a su enemigo “Proceso” para agredirlo y acusarlo sin pruebas, lo grave del caso es que mucha gente se tragó la especie de que Vicente se enriqueció en el poder, y que la casa que exhibió lo delata.
Creo sinceramente que, como el mismo Vicente dijo, sus detractores tendrán que comer chicharrón. He visto el "Quién!" de la entrevista, y la verdad, no veo en dónde está la enorme opulencia que le atribuyen.
La casa no es una mansión, y su mobiliario y equipamiento mostrados son de clase media alta, nada más. En cambio, en la misma revista, aparece un reportaje sobre otra casa, de un joven y exitoso arquitecto, copropietario del famoso café veracruzano “La Parroquia”. Caray, ¡esa si es mansión! Allí sí el dinero se ve por todas partes. La comparación deja muy lejos la cabaña (como le llaman) que Vicente Fox que comparte con Martita.
Los exteriores no son una inversión de ensueño (o de millones de pesos) y un superficial vistazo revela que son cosas que tienen muchos años de gestación, y no producto del sexenio pasado.
Atacan a Vicente citando el valor comercial actual que puede atribuírsele a su casa y al rancho, pero tendenciosamente olvidan que el valor de una propiedad no tiene que estar ligado a la inversión efectiva, y que lo que en realidad importaría es eso: el monto de la inversión real en su momento, y no cuánto vale ahora.
Veamos un ejemplo: compro una casa de campo junto a un camino en las goteras de la ciudad, y de pronto hacen a la vera una autopista, y levantan un centro comercial enfrente o al lado, y mi humilde propiedad deja de serlo para tomar un alto valor de mercado. ¿Eso me convierte en ladrón?
Un lado de los exitosos ataques a Fox es el de su familia política. Atacan a Marta por posibles malos manejos de "¡Vamos México!" y se acusa a los hijos de ella de diversos delitos (por cierto sin comprobar hasta ahora). Pues suponiendo, sin conceder, que algo de ello fuera cierto, eso no es culpa de Vicente (aunque su pasión lo haya llevado alguna vez a defender a los hermanos Bribiesca Sahagún ante los medios).
El daño está hecho, como sucede generalmente con las calumnias, y por más que las autoridades del Ejecutivo o del Poder Judicial federales lo exoneren, siempre se hablará de “tapaderas” y carpetazos. El “miente, miente que algo queda” ha funcionado de maravilla, a sus enemigos y a los amarillistas y amigos del chisme morboso. No podemos olvidar que la autodenigración en México es un deporte nacional, y por tanto cualquier acusación contra personajes públicos mexicanos, ¡tiene que ser cierta! ¿Por qué? Pues porque sí.
¿Qué se debe hacer en este caso? Apoyar a Vicente Fox ante la calumnia, difundir sus argumentos desde los medios hasta en las pláticas de café y sobremesa. ¿Que Fox cometió muchos errores? ¿Que podemos reprocharle debilidades y omisiones en el uso del poder? Sin duda, pero eso no lo convierte en ladrón.
De todas formas, una vez aclaradas las cosas (y no pasará mucho tiempo para que suceda), el daño al honor de Vicente Fox (y a su partido) perdurará, y junto a la gente que por mente enfermiza siga diciendo que sí robó, habrá otros muchos que al menos dirán que “a lo mejor sí robó” y se lo taparon. Ante todos ellos, la verdad deberá ser difundida y defendida.

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