domingo, 25 de noviembre de 2007

La humanidad y su naturaleza intrínseca

Enrique Galván-Duque Tamborrel

La naturaleza, ese perro que,
fielmente, sigue al hombre”.
Víctor Hugo

En cierto tiempo de calor y lluvias, en la orilla de un arroyo se encontraron una rana y un alacrán. La rana, experta nadadora, feliz y rozagante se disponía a saltar cuando el alacrán, que temeroso veía con recelo al agua, le dice a la rana: --“oye, yo quiero pasar al otro lado del arroyo pero no sé nadar y si lo intento me voy a ahogar; ¿por qué no me subo en ti y tú que eres muy buena nadadora me pasas al otro lado?”.

La rana se quedó pensativa un rato, y con un dejo de duda, sin esconder el temor que le causaba el alacrán, le contestó: --“caray, pero ¿qué tal si me picas a mitad del arroyo?”.
Entonces, el alacrán muy efusivo, y tratando de darle confianza a la rana, le dice a ésta: --“No, pero como vas a creer eso, si te pico te hundes y yo contigo, y francamente no tengo ningún deseo de ahogarme”.

La rana, desconfiada pero auto-animándose, medita un rato, sacude la cabeza y le dice al alacrán: --“Si, tienes razón, no te creo tan tonto para que tu mismo te provoques la muerte, sube pues en mi espalda y vamos a cruzar el arroyo”

Así pues la rana, con el alacrán a la espalda se lanzó al agua. Apenas llegaban a la mitad -- la corriente estaba fuerte pero la rana, hábil nadadora al fin, nadaba por la superficie del agua para evitar que el agua le llegara a su temible pasajero que no escondía su miedo al agua -- cuando de repente la rana sintió un tremendo piquete, seguido de un gran dolor y un estremecimiento que la paralizó de inmediato. Empezaban a hundirse y grita la rana: --“Pero ¿por qué me picaste, no te das cuenta que ahora nos vamos a ahogar los dos?”
--“Ni modo, contestó el alacrán, esta es mi naturaleza, no puedo evitar el picar a todos, suceda lo que suceda”.

Y así, los dos se fueron al fondo.

Desde que el mundo es mundo y la humanidad deambula por él, las agresiones de todo tipo entre sus integrantes son parte de su naturaleza intrínseca. Asaltos, violaciones, secuestros, homicidios, corrupción y........ guerras parecen ser tan necesarios a la humanidad como el aire y el agua. Desde su origen mismo la han acompañado y generalmente son ocasionados o van respaldados por algún interés económico. Dinero, dinero, dinero son las tres cosas necesarias para provocar, hacer y ganar la guerra.

Lo paradójico es que todos esos “hábitos naturales” de la humanidad son, por obvias razones, considerados como males por todos las sociedades que la componen y son aborrecidos por éstas, pero siempre están sucediendo, son parte de la vida misma del ser humano, es su naturaleza como dijo el alacrán: “pico aunque me ahogue”.

Vemos a la gente entrar en la iglesia a darse golpes de pecho y salir a insultar al primero que se encuentran. Hacen manifestaciones por la paz y en contra de la guerra, y van provocando otra al afectar a terceros. Pregonan la paz y van por las calles faltando al orden, al respeto y a los derechos de los demás. Hay gente que nunca trabaja, quien sabe de qué viven, pero siempre está presta para los cacerolazos, los bloqueos, las marchas, y además, con todo ello, se sienten héroes de la humanidad.

Un día se reúne la crema y nata del arte cinematográfico, ¿motivo?: la entrega de los premios a los mejores, según el criterio del cuerpo colegiado que es reconocido y aceptado por todos. Ellas lucen sus elegantes vestidos y su deslumbrante belleza; ellos, garbosos, lucen como pavorreales a sus bellas acompañantes. De repente, un galardonado ante el micrófono despotrica contra Bush, se siente héroe y en su euforia se le olvida que la reunión es para premiar el arte no para agarrarse a puñetazos; no piensa que muchos de los presentes pueden, con todo su derecho, pensar diferente que él y que lo que está diciendo puede provocar una confrontación que derive en un conflicto. Siquiera la sorpresa misma sirvió de amortiguador y evitó que se calentaran los ánimos. ¡Ah, pero eso sí, los medios aplauden a rabiar al “héroe”. Cabe la pregunta: ¿A quien hubieran aplaudido si se hubiera suscitado un zafarrancho? “Provocar la guerra en el nombre de la paz”.

La guerra y la conquista han sido siempre los instrumentos de la civilización en el mundo.
La guerra tiene su poesía peculiar, una poesía que sobrepuja en ciertos momentos a todas las inspiraciones del arte y de la naturaleza. La guerra es mala, porque hace más hombres malos que los que mata.

Por un lado: Bush --- un maniaco alcohólico redimido ---, hace la guerra abanderado por la libertad, la paz y Dios; y por otro lado: Hussein --- un torvo asesino y dictador---, provocó una guerra, se envalentonó y se “puso con Sansón a las patadas”. Después, en vez de proteger a sus súbditos, los mandó, exponiendo a mujeres y niños, a matar y morir en el nombre de Alá. Ahora ya esta muerto pero la matanza continua, ¿hasta cuando Señor? Total: Dios, siempre Dios, para el bien y para el mal. ¡Ah! Y hay quienes le echan porras a ambos como si estuvieran en un partido de fútbol. Lo maravilloso de esta empresa infernal --la guerra-- es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invoca solemnemente a Dios antes de correr a exterminar a su prójimo.

¡Pero claro!, las especulaciones están a la orden del día, y alrededor de los grandes intereses económicos en juego surgen diferentes y muy variadas hipótesis, nadie se atreve a desmentir alguna porque todas tienen el mismo chance de ser verdad. Así, no sería descabellado pensar que, “por debajo del agua”, los poderosos de uno y otro bando estén de acuerdo; total dirán: unos cuantos muertitos qué importan, sirve de control demográfico. En el mismo juego están algunas de las naciones que aparentemente se oponían a la guerra, me refiero desde luego a las poderosas, como: Alemania, Rusia y Francia, que ya se están apuntando para participar en el festín económico de la posguerra – en la reconstrucción se reparten jugosos contratos. C’est la humanité.

Escribió Nietche en Así habla Zarathustra: “¿Dices que una buena causa justifica incluso una guerra? Yo contesto: Una buena guerra justifica cualquier causa”.

La guerra fue del cielo derivada,y en el linaje humano transferida.Por la guerra la paz es conservaday la insolencia humana reprimida,por ella a veces Dios el mundo aflige,.lo castiga, le enmienda y le corrige.

Para terminar, apunto lo siguiente: Nací en 1929 y durante los 74 años de mi vida ha habido 25 guerras, pero como en promedio pongámosle 4 años de duración --- resulta difícil precisarlo pues hay guerras como la de los israelitas Vs. Palestinos que empezó en 1948 y sigue --- resulta que no ha habido en el mundo un segundo de paz durante toda mi vida, y todavía debo.... Así es que podemos seguir marchando y gritando a favor de la paz, al fin es buen pretexto para no trabajar, y así también los que si trabajan, y por ende tienen dinero, pueden seguir haciendo guerras pitorreandose de los que gritan ¡PAZ!, pero que no trabajan. Además los niños pueden seguir jugando a la guerra con los juguetes --- rifles, pistolas, aviones, tanque, etc. --- que les regalan sus papás --- aunque éstos, para no trabajar, después se salgan a las calles a gritar: ¡Paz! --- los días de Navidad y Santos Reyes.


“We know what we are, cut know not what we may be”
(Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos ser)
William Shakespeare


No hay comentarios: