martes, 31 de marzo de 2009

Farmacogastronomía

Fuente: Yoinfluyo
Autor: René Mondragón
09/marzo/2009

No cabe duda que este país nuestro, que Dios nos dio sin merecerlo, es simplemente extraordinario, metafórico, poético, sublime y fuera de serie.
Rosalía Servín, aguzada reportera de El Financiero, pepenó una nota genial. ¿Se imagina usted que varios científicos del IPN se han vuelto pioneros en cuanto a la producción de ciertos fármacos para tratar problemas de salud?
La idea me pareció genial. ¿Anda usted un poco deprimido?, pues su doctor familiar en el IMSS le va a recetar unos bombones antidepresivos, sin fenilalanina y endulzados con Splenda. ¿Qué le parecería que le recetaran unas galletas y pastitas contra la anemia?
Ahora imagínese: chocolate de Oaxaca, gomitas, malvaviscos, chicles, mermeladas y cajetas envinadas para tratar la diabetes. ¿Qué “pero” cree usted que le pondrían las señoras, a gelatinas, flanes, pasteles, helados o malteadas para bajar de peso?
Eche a volar la imaginación y visualice a los brigadistas del DIF y a los muchachos de mi querida Josefina Vázquez Mota, incorporando a los desayunos escolares toda clase de papitas, frituras, chamoys, tamarindo con chilito y sabritones, para combatir la desnutrición infantil y juvenil, por su enorme valor vitamínico.
En seguida, considere por favor a nuestra gente de la tercera edad echándose unas cervezas de alto contenido nutricional y unas botanas que parecen manitas de cerdo, enchiladas potosinas y costillas de cerdo en chile pasilla, empleadas para combatir el colesterol y que, además, eliminan las arrugas.
¿Se imagina eliminar el cáncer de mama con un maridaje milagroso compuesto de quesos, pan y vino?
Genialidades mexicanas
Pues por ahí va el asunto que abordan varios investigadores universitarios, con la intención de detener –o cuando menos aliviar un poco– algunos de los problemas de salud más importantes del país.
Mercado sí hay: 70 por ciento de la población padece de sobrepeso u obesidad; 30 por ciento es hipertenso; hay 10 millones de diabéticos que pueden ser metidos a la cárcel por andar acaparando azúcar; y una cantidad parecida anda arrastrando la cobija por problemas de depresión.
La adversidad: madre de todas las creatividades
Desde luego, el panorama no es alentador. Por eso, los expertos y las autoridades están emprendiendo ideas frescas y prácticas.
¿No le ha tocado a usted que le receten una suspensión que huele a canal de aguas negras en temporada de calor; o “paladear” un jarabito que parece filtrado mediante un calcetín de cartero en 12 de noviembre?
Pues déjeme decirle que esos tiempos pasarán a la eternidad. Los científicos están buscando la manera de que todos cuidemos más nuestra salud, mediante productos –científicamente comprobados– que no tengan por qué ser desagradables y que, incluso, puedan resultar placenteros al paladar.
Homenaje a los burros blancos
Así es. Científicos del Poli –IPN– trabajan hoy con problemas relacionados con el sobrepeso, obesidad y depresión. Y lo extraordinario es que ya hay productos que se empiezan a comercializar: las gelatinas para quemar grasa –que por cierto, saben igual que las de “a de veras”–, pero que tienen como ingredientes extractos vegetales, sales de carbonato de calcio y otros “chunches” que generan que el usuario queme más calorías al día.
Más aún, un médico mexicano –el Doctor Héctor Bolio Díaz–, investigador guinda y blanco, asegura que el refresco que inventaron ayuda a perder hasta 12 kilos en seis meses, pues actúa en el metabolismo y elimina grasas.
El paciente suda más, consume más agua, disminuye el colesterol; la persona se siente más satisfecha y reduce la ingesta de alimentos. La gente sale del baño “sintiéndose otro”, aunque haya que llamar después al ejército porque los vecinos sospecharon de una bomba con gases contaminantes y tóxicos.
Lo increíble es que la bebida “sabe a refresco común”, y se puede encontrar en sabores como manzana, cola, limón, uva, grosella, tamarindo, toronja y piña.
Por si fuera poco, varios estudiantes han desarrollado golosinas contra la depre. Algunos EMOS y uno que otro dirigente de partido político, debería considerar el consumo de este producto. Bombones de trufa producidos a base de “hierba de San Juan” que, sin generar adicción, incide favorablemente en el sistema nervioso.
Aviso parroquial
Si alguien conoce a los señores Héctor Sánchez González –uno de los creadores–, a Guillermo Quintero Gutiérrez –líder del equipo de este proyecto–, mismos que se están coordinando con otros científicos de la UNAM y de la Ibero, favor de decirles que se pongan en contacto con la Gerente Editorial de yoinfluyo.com, porque además de que podemos hacer un buen reportaje sobre el tema y una entrevista “macanuda”, si ya inventaron algún tipo de chiles chipotles contra la calvicie prematura, este servidor puede recomendar el producto con varios de nuestros amigos.


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