Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
Es tan malo, pero tan malo, el gobierno que SM Ulises Ruiz Ortiz al que tiene sometido al estado de Oaxaca, al más rancio estilo priísta –sí, el del oprobioso sistema hegemónico que la “Trinca Infernal” (PNR-PRM-PRI) implementó y sometió a México durante siete largas décadas del siglo XX, que brotó en mi mente un poema dedicado al susodicho.
¡Mapache!
Crea fama y échate a dormir
Sólo vengo a que ustedes se horroricen…
Ya administra el gobierno Don Ulises
el del fraude aquel, hace meses
digno de que un proceso le improvisen.
Escriban por piedad… Al mundo avisen
que ese hombre corrupto y ordinario
que se robó los fondos del erario
tiene mucha cola que le pisen.
Tiene cola, es verdad, ¿de qué te inquietas?
si puedes razonar una vez solo
ya que nada en tu crítica respetas.
Comprenderás que en medio de esa bola
los hombres, mi querido amigo, y los cometas
para elevarse necesitan cola.
Alguna vez pensé que a lo mejor estaba yo siendo exagerado con el juicio que tengo del SM Ulises, pero en eso se dejaron venir los acontecimientos ignominiosos del 2006, que no sólo reafirmé mi opinión, sino que se incrementó, en sentido negativo obviamente. Lo triste del asunto es que el señor se siente en en Limbo, se siente un iluminado --creo que le hace la competencia a Andrés Manuel López Obrador--, no se da cuenta, o no se quiere dar cuenta --lo que es peor-- que el estado de Oaxaca padece males ancestrales, creados y fomentados por su partido, y claro que por él mismo. Hace algún tiempo, le pregunté a un grupo de adultos mayores que si había habido alguna vez un gobernador que pudiera calificarse como bueno; todos se quedaron pensando, después de un rato se miraron unos a otros con mirada de interrogación, y nadie contestó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario