martes, 24 de marzo de 2009

Si el peje sí, ¿por qué yo no?

Fuente: La Crónica de Hoy
Autor: Alberto Núñez Esteva

¿Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra?

López Obrador tiene derecho a decir lo que le plazca, en donde le plazca, en los términos del artículo 6 de nuestra Constitución, que defiende la libertad de expresión, libertad que muchos apreciamos y hemos defendido a capa y espada.“La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público; el derecho a la información será garantizado por el Estado”.
No estoy de acuerdo con lo que dice El Peje en los spots transmitidos por Convergencia y por el PT, pues me parecen producto de un rancio populismo, pero sigo la tesis de Voltaire: Puedo estar en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo.
Atrae profundamente mi atención la contradicción de lo que está haciendo López Obrador —permitido por el IFE— una vez que los señores congresistas, atacando la libertad de expresión, modificaron el artículo 41 de la Constitución para prohibir que “...cualquier persona u organización social pueda comprar anuncios de radio y televisión dirigidos a influir en las preferencias electorales de los ciudadanos, ni a favor o en contra de partidos políticos o de candidatos a cargos de elección popular”.
Ahora sí no entiendo nada. Quiero que las autoridades electorales me aclaren lo siguiente:
¿López Obrador sí puede acceder a espacios en TV a través de dos partidos políticos a los cuales no pertenece, pues, entiendo, él continúa siendo miembro del PRD? ¿Nosotros los ciudadanos tenemos que pedir el favor a algún partido político para divulgar nuestras ideas? En otras palabras, ¿se vale cabildear y alcanzar un acuerdo con un partido para poder expresarse? ¿No se abre así la puerta a que algunos de ellos vendan (a cambio de dinero o alguna prerrogativa política) su tiempo aire a individuos u organizaciones que quieran influir en la opinión pública? La participación del Peje en los spots del PT y Convergencia, ¿no lo inhabilita para que se postule, según algunos quieren, como candidato a la Cámara? Y si aspira a ser candidato para el 2012, ¿no se debería estar limitando ya su aparición en la radio y televisión?
¿Qué pasaría si el Consejo Coordinador Empresarial, a través de los spots de algún partido, divulgara sus tesis y promoviera el voto a favor de un candidato? Recuerden lo que sucedió cuando este organismo se atrevió a promover sus tesis en un spot televisivo —sin apoyar a partido o candidato alguno— en el pasado proceso electoral del año 2006. ¡Cuántos políticos, autoridades y consejeros del IFE se desgarraron las vestiduras!
¿Acaso las autoridades del IFE no han leído el vergonzoso reglamento que ellos mismos promulgaron en relación al proceso electoral, que limita severamente la libertad de expresión y prohíbe lo autorizado —o por lo menos no prohibido— a López Obrador? ¿Por qué a él sí y a nosotros no? ¿De qué privilegios goza?
No comprendo, por favor, ¡explíquenme! Necesito que los consejeros del IFE o los del Trife me lo aclaren, porque me declaro incompetente para entender la letra y el espíritu de la ley y de su reglamento. Yo entendía —con toda seguridad que lo malinterpreté— que esta primera etapa estaba destinada a las precampañas para la selección de los candidatos de los partidos y no a las campañas, pero no he visto a los precandidatos entre los miles y miles de spots con los que los partidos están idiotizando a la ciudadanía (y los que todavía estamos por ver y escuchar, hasta alcanzar la inconcebible cifra de 23.4 millones de spots. ¡Sí, veintitrés millones cuatrocientos mil spots! ¡Dios mío! Por lo menos les pido que no nos interrumpan los partidos de futbol).
Recuerdo el lema de un movimiento agrario: “¡El campo no aguanta más!”. Propongo uno parecido: “¡La sociedad no aguanta más!”. ¡Basta! ¡Basta de tanto spot! ¡Que se detenga el gasto gigantesco y superfluo a favor de los partidos políticos! ¡Basta de las limitaciones que nos imponen nuestros legisladores y nuestros consejeros electorales del IFE, amordazando la libertad de expresión de nosotros, los ciudadanos (exceptuando a López Obrador)!Decimos lo mismo que Cicerón dijo a Catilina, político romano que imponía su voluntad allá por el siglo I antes de nuestra era: ¿Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra? “¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?”.
¿Hasta cuándo, partidocracia, abusarás de nuestra paciencia?

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