viernes, 27 de noviembre de 2009

Cómo ser absurdo en 10 pasos

Por: Cynthia Castañeda

noviembre / 2009


Con motivo del tercer aniversario de su denominado "gobierno legítimo", Andrés Manuel López Obrador celebró junto con sus seguidores en el Zócalo capitalino una más de sus asambleas informativas. Ya en la juerga propia de estos mítines, la controversial figura de lo que unos cuantos califican como "izquierda", hizo público lo que muchos ya veníamos temiendo: peleará por la presidencia en 2012.

Luego de criticar duramente al gobierno y todo lo que se relaciona con el mismo, AMLO dio a conocer lo que para él son los 10 cambios que esta nación necesita.

¿Utopía? ¿Irracionalidad? No, para nada, para este personaje todo resulta fácil y sencillo. Y bajo 10 premisas que resaltan la demagogia y que, de ser factibles nos convertirían en un dos por tres en un ejemplo más de socialismo, AMLO propone cambios irreverentes y también inalcanzables.

Habría que preguntarle, ¿qué modelo económico es el que piensa imponernos? Pues claro está que el capitalismo y el neoliberalismo no lo convencen, pero por su forma de actuar, no nos debería sorprender que el modelo adecuado sea uno propio, uno que él mismo haya inventado y que, por supuesto, sea la única solución a los problemas.

Por otro lado, habría que preguntarle si también tiene pensado pisotear la Constitución del país por el que tanto parece preocuparse, pues si el sujeto se dice nuestro presidente legítimo, entonces ¿qué no está prohibida la reelección? Ah, claro, se me olvidaba que el hombre y su discurso no son más que una broma.

Así, una a una podríamos ir analizando todas sus grandiosas ideas. Sin embargo, todas nos llevarían a la misma conclusión: AMLO propone un México que no somos y que nos ha costado mucho evitar ser. No porque los pobres no sean una realidad y no porque democratizar los medios no suene como una buena idea, simplemente porque sus ideas pertenecen a un modelo que ha dado pruebas latentes de no funcionar.

Campañas navideñas

Marcelo Ebrard dice que no nos preocupemos, que la inicitaiva privada será la que cubra con los gastos de la ostentosa y llamativa Navidad del Distrito Federal, pero aunque quiera darle el crédito del numerito a Pepisco, no es difícil pensar que ahí hay algún tipo de chanchullo que convendrá a ambas partes.

Junto con su enorme árbol en Reforma, Pepsico brillará este año al no estar compitiendo con los clásicos adornos y desfiles de Coca Cola –para los que este año el presupuesto nada más no les alcanzó–, por lo que tendrá el control absoluto del escenario.

Por su parte, el buen mandatario capitalino, tendrá contentos a grandes y a chicos con tan sólo un pedazo de hielo y unos cuantos patines, claro, sin soslayar los enormes gastos que toda esta parafernalia implica. Mientras tanto, la gente sigue sin agua, sin trabajo, y siendo presa de la inseguridad, pero eso sí, con una Navidad de película.

A todo esto, no podemos olvidar que Ebrard está en campaña y que a nuestro querido presidenciable le gustan las fiestas decembrinas para brindar amor, bienestar, diversión y paz, todo esto sin esperar nada a cambio... bueno, tal vez nada más uno que otro voto en 2012. De verdad que personas tan desinteresadas y nobles, sólo se pueden ver en esta época del año.

«La justicia es la verdad en acción»

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