viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Cual revolución?

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel
noviembre / 2009

Tengo 80 años de edad, nací en 1929, por lo tanto vi la primera luz en la época de salida de lá llamada Revolución Mexicana, cuando trataba de consolidar los ideales por los que mucha gente de buena fe entregó su esfuerzo y hasta su vida, los que, a fuer de la verdad, fueron los menos. Los más se metían a la "bola" para ver que sacaban en provecho propio. Ahí cundió la corrupción que luego cobijaría y aumentaría el nefasto producto de la revolución: "los robolucionarios" institucionalizados en la Trinca Infernal (PNR-PRM-PRI).

Esta mentada Trinca se entronizó en el poder, se olvidó de la gente que leal, honestamente y con verdadero idealismo, luchó con la esperanza de ver o que sus descendientes vieran y vivieran en un México pleno de justicia y bienestar. Pero no, eliminaron a los pocos que quedaban vivos y se didicaron a imponer su "santa" voluntad, a depredar al país y llevarlo a la pobreza actual.

Sin haberla vivido, ya sentía ese sentimiento de entrega leal y valiente para el logro de una Patria justa y generosa muy cerca y lo sentía que buia en mi interior. Muchos de mis mayores lucharon con ese ideal y murieron en la lucha por él. Mi padre, sobreviviente de esa lucha, me relataba esas vivencias, y así las vivia yo, me sentía protagonista de la misma.

Mi padre fue miembro fundador del Partido Nacional Revolucionario (fundador de la Trinca) en el año 1929 --precisamente el año en que nací-- y a los escasos cinco años (1934) renunció, y recuerdo que lo oía decirle a mi madre:-- "...esto se está pudriendo, es increíble que para esto se haya muerto tanta gente tan valiosa". Y a pesar de que varias veces lo invitaron a que reitegrara al partido, jamás dio se brazo a torcer. Mi padre entregó su vida al trabajo honesto de modesto comerciante, con lo cual nos pudo dar a sus hijos --cinco: dos mujeres, las mayores, y tres hombres-- una responsable educación sin ninguna ostentación.

«ESTO SE ESTÁ PUDRIENDO» Palabras que nunca se me olvidan.

¿CUÁL REVOLUCIÓN PUES?

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