sábado, 7 de noviembre de 2009

Nacócratas en San ázaro

 

Por: René Mondragón

02 de noviembre de 2009

 

Neologismos

Mi admiradísimo don Agustín Basave Fernández del Valle, solía calificar cierto tipo de actos vandálicos disfrazados de demandas sociales –como las protestas en Reforma, romper cristales de negocios durante las marchas o decorar con grafiti los monumentos nacionales– con un neologismo interesante: "la oclocracia", que traducía como "el poder de la chusma". No de la ciudadanía, no de la gente o del pueblo; no de la sensatez, sino de la chusma.

El manejo del idioma no se detuvo ahí. Más tarde, acuñaría el término de "coprolalia", para calificar a quienes solamente abren la boca para expectorar cantidades industriales de porquerías.

Desde este espacio de yoinfluyo.com, también hago mi aportación al catálogo de neologismos: "la nacocracia", también –y apropiadamente– llamado el poder de los nacos. (De naquitas, naquitatis, en segunda declinación).

Sin embargo, quien tiene los derechos autorales sobre la vida del suscrito –mi madre adorada– lo expresaba en otros términos, bastante menos rebuscados. Cada vez que este aprendiz de escribano y/o alguno de los hermanos incurría en alguna torpeza en público, predominantemente frente a las visitas, mi jechu querida lanzaba al aire un vocablo que también sonaba a algo así, como amenaza del SME: "¡Lúcete… lúcete!", nos decía.

Entonces, sabíamos que en cuando las visitas emigraran, nuestro momentáneo fuero casero concluía; y el escenario previsible era una proverbial regañiza, al más puro estilo de Germán Martínez cuando fue titular de la Función Pública.

Nacócratas del mundo, uníos

Lo que vimos en el recinto de San Lázaro –en la ya muy dudosa "más alta tribuna del país"– debe ser grabado, duplicado e indexado al Novus Manual de Carreño, para enseñarles a los niños, desde su incorporación al preescolar, como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que no deben hacer. Como evidencias de "mala educación", incivilidad. De "naquez", pues.

Los "grupos parlamentarios" –lo entrecomillo por mero formulismo– del PRD y PT, se lucieron frente al mundo entero, dando una verdadera lección de naquez en su más pura expresión, al darle un recibimiento extremadamente vulgar; predominantemente corriente y falto de altura; y, además, alejado de un elemental respeto republicano entre los Poderes Constitucionales, a Javier Lozano titular de la Secretaría del Trabajo.

La divisa del galimatías que presenciamos en la Cámara de Diputados, bien podría ser: "Nacócratas del mundo, uníos". Y efectivamente, bajo la batuta de Gerardo Fernández Noroña, la filarmónica perredisto-petista hizo su "numerito" entre percusiones, solos de viento y corales.

Si usted se lo perdió

Nuestro compañero Víctor Chávez, reportero de "El Financiero"(1), hizo una entrega completa sobre el tema.

1.- Lozano Alarcón fue recibido entre silbatinas, mentadas de madre, recriminaciones de todo tipo, insultos varios, y provocadores empujones de legisladores lopezobradoristas tanto del PT, como del PRD y los agregados culturales de Convergencia.

2.- "Si no hay empleo, para qué queremos secretario", decían algunas pancartas. Yo preguntaría: "Si no hay productividad, calidad en el trabajo legislativo y solución oportuna del marco jurídico que nos haga un país competitivo… ¿para qué queremos 500 diputados?".

3.- Fueron cuatro horas tratando de llamar a la cordura y a la sensatez de la naquiza legislativa, pero resultó inútil. El secretario intervino solamente durante 10 minutos.

4.- Al abordar el tema de Luz y Fuerza del Centro –albipaquidermo que Dios lo tenga en donde lo deba de tener y que no lo deje volver–, los "representantes populares" prácticamente lo echaron del Palacio Legislativo. ¿Qué hubiera sucedido si a los conver-petisto-perredistas los hubieran echado de la misma forma de Los Pinos o de Palacio Nacional?... ¡Yo también coincido con usted!

5.- Luis Enrique Mercado –del PAN– tacleó a Laura Itzel Castillo y la oclocracia izquierdista lo sintió como si el afectado hubiera sido el Peje. Al más puro modelo de vendettas sicilianas, Fernández Noroña, literalmente, le arrebató la curul a la panista Dolores del Río, con el naco propósito de quedarse al lado de Lozano y estar agrediendo al secretario.

La pregunta es obligada: El fuero constitucional que disfrutan los legisladores es en el sentido de que nadie los puede recriminar en el ejercicio de sus funciones, pero, ¿la naquez –teórica y práctica como la percibimos– será parte del ejercicio constitucional de Fernández y Asociados?

6.- La naquez alcanzó su máxima expresión en tres momentos, cuando un parlamentario le manoteó a Lozano pidiéndole que lo mirara de frente. Lozano aguantó, y aguantó bien, la majadería del "parlamentario".

7.- El show nacocrático concluyó –en esta parte de dramaturgia hollywoodense– con un suceso naco a todas luces. Adán Augusto López le lanzó al rostro al Secretario Lozano una serie de billetes de utilería. En mi pueblo dirían: "¡De tarugo le avienta dinero de verdad!".

8.- La más grande evidencia de naquez la volvió a poner el nacócrata mayor. Fernández Noroña le dio un empujón fuerte a la panista Dolores del Río, y otro panista, César González, encaró al petista. La nacocracia retrocedió con "oportunidad y valentía".

¿Qué sigue?

La naquez parlamentaria dejó nuevamente en evidencia la gran pobreza del debate, la miseria legislativa con la que se abordan los temas, y la bulimia republicana que habrá en San Lázaro. Visto así, será muy difícil convertirnos en un país exitoso. ¿Usted, amable lector, votó por eso?

 

«LA ORACIÓN DEL QUE SE HUMILLA PENETRARÁ HASTA LAS NUBES»
 



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