domingo, 2 de diciembre de 2007

La APPO un lastre para Oaxaca

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor:
Juan José Díaz Bermúdez

Oaxaca vivirá hoy una de las fiestas indígenas que, por más de 70 años, ha dejado memorias de tradición en todo el mundo. En el 2006 se suspendió debido a la violencia que un grupo reducido de mercenarios de la autodenominada Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), apoyados por el magisterio oaxaqueño, provocó. Todo esto ante la indolencia de un gobierno federal como el del ex presidente Vicente Fox, que antepuso intereses partidistas a los del pueblo de Oaxaca, y generó con esto que hordas de supuestos luchadores sociales destruyeran la capital del estado.
Los oaxaqueños, aquellos que viven de su trabajo, que participan todos los días en la transformación de su estado, repudian a la APPO, organización fascista que se ha dedicado a quebrantar a Oaxaca, su economía y la paz social.
Hoy, como enemigos de un estado que vive del turismo, amenazan con bloquear la octava del Lunes del Cerro, heridos en su orgullo porque han dejado de tener la fuerza que tuvieron con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación sección XXII. La gran mayoría de los profesores rechazan al movimiento que originó la flaqueza y el error de los dirigentes en el 2006, encabezados por Enrique Rueda Pacheco, que tras violentar Oaxaca plácidamente se retira a su casa de descanso en Canadá.
Quienes hablan desde el extranjero o la capital del país, se olvidan de un pueblo que, como el de Oaxaca, no milita en organizaciones imprudentes como la APPO, que está formada de resentidos sociales y algunos melancólicos y románticos ultraizquierdistas que piensan que en pleno siglo XXI los cambios políticos se podrán dar a través de las armas, cuasi error que les está costando la libertad.
¿Con qué autoridad moral habla Rosario Ibarra de Piedra si toda su vida ha explotado y lucrado con la memoria de su hijo? ¿Por qué se atreve a decir que el resguardo del Auditorio Guelaguetza, que hacen fuerzas federales y estatales, provocará la destrucción de Oaxaca cuando lo único que se busca por parte de las autoridades es garantizar la seguridad de las miles de familias oaxaqueñas que irán al Cerro del Fortín a admirar las delegaciones que traerán sus bailes para todo el mundo? Digo, es una contrariedad que todos aquellos "intelectuales" y "luchadores sociales" que dicen defender los derechos humanos, se rasguen las vestiduras cuando la policía pone orden al vandalismo de grupúsculos hostiles a la sociedad entera. ¿Cómo se puede calificar defender los derechos solamente de los delincuentes y dejar a todo un pueblo de rodillas ante la amenaza que representa la APPO para que la capital de Oaxaca pueda ser habitada de forma pacífica y de acuerdo a las normas? ¿Por qué se dicen revolucionarios, personajes que no respetan la ley de convivencia entre los pueblos, personajes que pretenden avasallar las tradiciones y las costumbres de los pueblos indígenas? La Guelaguetza es y será la muestra clara de los hechos cotidianos que nuestros pueblos indígenas y sus diversas naciones realizan en la Sierra, el Valle, el Istmo, la Cañada, la Cuenca, la Costa, la Mixteca. ¿Por qué tratar de desvirtuar y destruir una fiesta popular como esta?
¿Qué son los miembros de la APPO, revolucionarios o xenofóbicos? No se necesitan armas para asesinar un pueblo, se le puede matar destruyendo sus fiestas, sus tradiciones, su vida cotidiana, como lo hacen la APPO y sus corifeos.
Se ha tomado de pretexto "la lucha de Oaxaca" para que se monten en ella varias organizaciones y partidos políticos. El inicio de la pesadilla que hoy vive nuestro estado comenzó por un error, hay que reconocerlo. Jorge Franco Vargas, siendo Secretario General de Gobierno, antepuso el hígado al cerebro y generó con ello que el magisterio supiera tomar la alternativa de la violencia como buen pretexto para generar el caos en la ciudad. En ese operativo fracasado del 14 de junio de 2006, no hubo muertos, como el magisterio dijo, sí daños a terceros que los profesores realizaron. Al final de todo quienes salieron ganando fueron los integrantes de la sección XXII, y más los dirigentes que, según dice el pueblo de Oaxaca, se convirtieron en millonarios de la noche a la mañana y obtuvieron becas en todo el mundo. Es decir, "los revolucionarios" no pierden, al final siempre ganan, los únicos que han perdido son los habitantes de Oaxaca que se encuentra secuestrada, que vive con el miedo no por la presencia de la fuerza pública sino por la amenaza que representa para la integridad de todos los ciudadanos, la presencia de drogadictos, delincuentes y mercenarios que forman la APPO.
¿De dónde, pues, vienen personajes extraños a la sociedad oaxaqueña, como Rosario Ibarra, a querer legitimar las acciones vandálicas y delictivas de una organización desfasada y repudiada como la APPO? De dónde instituciones como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y la estatal por supuesto, salen en defensa de las atrocidades que han cometido los mercenarios de la APPO, entre los que hay profesores, sedicentes estudiantes de la Normal y de la Universidad Pública, nido de corrupción. Las imágenes y los videos que los medios de comunicación han difundido durante los enfrentamientos, como el del 16 de julio de 2007 y anteriores, demuestran que la violencia viene de la APPO y de los autores intelectuales que incitan a jóvenes irresponsables, los cuales cometen los actos estando drogados y ebrios, con lo que se dan valor para destruir todo a su paso.
En Oaxaca, el pueblo sabe quiénes son aquellos que han motivado el surgimiento de estos grupos, avalados por supuesto, por organizaciones clandestinas que, aunque se dan baños de pureza, son tan terroristas y vandálicos como los miembros de esta tristemente célebre APPO.
La amenaza de boicotear y violentar la octava del Lunes del Cerro, ha sido lanzada por personajes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que han dicho que, a través del método hormiga, se infiltrarán en el Auditorio Guelaguetza y sus alrededores para lograr el enfrentamiento con el pueblo de Oaxaca. Hay que insistir que los que vivimos en Oaxaca, los que conocemos cara a cara a los personajes, los que saludamos al pueblo y a los sectores verdaderos, sabemos lo que cada uno de ellos quiere hacer, hay expresiones de venganza muy radicales, hay cabezas de familia que deambulan armados "en caso de que sean atacados por la APPO", hay comerciantes y locatarios que están dispuestos a todo para quitarse de una vez de encima a esta organización y salir de la noche oscura que Oaxaca vive por culpa de la APPO y el PRD.
Con esto queremos dar pormenores de lo que es Oaxaca, los que están fuera de nuestro estado piensan soñando que todos aquí caminamos con un pasamontañas puesto. Eso es falso. En el mundo entero creen que los oaxaqueños andamos quemando autobuses y destruyendo fuentes de trabajo de nuestros propios hermanos, eso es mentira. ¿Quién le permitió a los extremistas de izquierda auto agenciarse Oaxaca, cuando la idiosincrasia del oaxaqueño no es hacia partidos de izquierda, al contrario, Oaxaca se divide entre conservadores y priístas? ¿Quién engañó a los financiadores de la APPO para querer incendiar Oaxaca, cuando es una entidad de culturas no guerreras? Nuestros antepasados fueron poetas y escritores, no vandálicos, prosaicos y degenerados. Como pueblo, Oaxaca exige que ya le quiten esa etiqueta de estado violento, anárquico, arcaico y salvaje; los oaxaqueños no somos eso, los que vienen a realizar actos de sabotaje, de pillaje, de pirataje, son habitantes del Estado de México, michoacanos, guerrerenses, chiapanecos, hidalguenses, la gran mayoría pertenecientes a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Oaxaca es un estado marginado, aun cuando ha sido eje de la historia en México, de nuestro suelo surgió Juárez, Porfirio Díaz y Ricardo Flores Magón, hombres que han cambiado la historia de nuestro país. ¿Por qué destruir la esencia misma del liberalismo, del progreso y la revolución? El pueblo de Oaxaca está cansado, está asqueado y harto de seudo proletarios y seudo izquierdistas que dicen defender al pueblo y son los clásicos rábanos, rojos por fuera y blancos por dentro, se mezclan con la prole oliendo a perfumes caros y vistiendo ropas de marca. Los oaxaqueños, y eso lo debe saber el gobierno federal, son gente de paz, personas que buscan su desarrollo y que no lo encontrarán en muchos años por culpa de estos grupúsculos, por necedad de falsos apóstoles que con la mentira y aduciendo generalidad, insisten en engañar a la opinión pública.
Lo que preocupa en estos momentos es que la APPO y algunos profesores, insistan en bloquear una festividad popular como es la Guelaguetza. El método hormiga que tratan de aplicar, es temerario, ya que estando los ánimos a punto de explotar en el pueblo de Oaxaca, sería un desastre que un miembro de esa organización cayera en manos de ese gigante dormido. Ojalá no lo realicen, porque hay personas de la comunidad dispuestas a todo con tal de enfrentarse a los miembros de la APPO. Quienes dirigen esta organización deben de tomar en cuenta lo anterior, sería exponer a sus mercenarios.
Por otro lado, cambia una vez más el panorama político-militar que el Ejército Popular Revolucionario ha implementado en contra del gobierno federal a través del hostigamiento, para lograr la presentación de los presuntos desaparecidos pertenecientes a la comandancia general de Oaxaca. Atacaron recientemente una cárcel federal en Chiapas, en donde reivindicaron los actos mediante pintas encontradas en el lugar. Hay que resaltar, en este caso, que son acciones de un impacto militar menor, lo que sugiere que ese grupo clandestino insiste en la presentación apretando poco para no provocar que los grupos que, supuestamente tienen a estas dos personas, tomen represalias contra ellos.
Por otro lado, no se descarta que el ataque al penal en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, haya sido un acto de estas mismas personas, las cuales no tuvieron tiempo para reivindicar a través de sus siglas el atentado. En este caso, hirieron de gravedad a un policía preventivo, lo que se suma a la larga lista de delitos que han cometido. Todos esperan la presentación de estas dos personas, ya que el gobierno federal y estatal han negado tenerlos en su poder. En Oaxaca, este grupo podría seguir participando al interior de la APPO, aunque ellos lo han negado. Sin embargo, no sería la primera vez que mintieran. Asimismo, hay datos no confirmados de que en Oaxaca son dos las ocasiones que estos mismos grupos podrían haber atacado la madrugada del sábado 28 de julio y domingo 29 de julio, a patrullas de las fuerzas policíacas federales y estatales. Los actos fueron repelidos sin saberse más ya que hay un gran hermetismo por parte de las autoridades.





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