domingo, 2 de diciembre de 2007

Pulveriza López Obrador al PRD

Fuente: Yoinfluyo.com
Autor: Manuel Díaz Cid

La percepción de ingobernabilidad y de ineficacia, característica del inicio de los procesos de transición, abre la puerta a las manifestaciones de inconformidad y a la de aquellos que durante años han esperado el cumplimiento de sus demandas, a grado de considerar que sólo a través de una actitud radical conseguirán satisfacer sus demandas. Cuando los reclamos de la sociedad no son atendidos a tiempo y de manera suficiente, se corre el riesgo de que la sociedad abandone la credibilidad y el respeto a las autoridades constituidas, y busque su propio camino, yendo de salto en salto hasta la anarquía.
La prensa nacional registra las manifestaciones de protesta en Oaxaca que arruinaron la Guelaguetza porque, a pesar de que en el cerro se llevó a cabo la festividad, la derrama económica y el turismo fueron nulos y las manifestaciones consiguieron así que la fiesta no pudiera celebrarse con éxito para la sociedad de Oaxaca.
Quedan pendientes las preguntas ¿a quién beneficia?, ¿al estado?, ¿a Oaxaca?, ¿a quién? Evidentemente hay cientos de miles de perjudicados, entre ellos, los más pobres, sin que a los “apóstoles de la violencia” les importe; ellos no pelean por la gente pobre, sino por una ideología que habla de los pobres.
Quienes no logran diferenciar los objetivos de los “apóstoles de la violencia”, se dejan captar por su verbo incendiario e incluso les acompañan como sus partidarios, quedando en auténtica calidad de “idiotas útiles”, porque destruyen lo que creen que están construyendo. Los manifestantes en Oaxaca están ideologizados, rompen con la realidad y se refugian en los sueños, delirios que alejan de la realidad e impiden modificarla positivamente para lograr lo anhelado.
El escenario actual es propio de una transición: se registró la manifestación en Oaxaca de la APPO y el derrumbe de la celebración de la Guelaguetza; la manifestación de los militantes de Antorcha Campesina en la ciudad de México para exigir la liberación de sus líderes detenidos en Querétaro; la refriega con los vendedores ambulantes que por 25 minutos se produjo en el Bosque de Chapultepec; la reunión que organizó el Sub Comandante Marcos con los pueblos simpatizantes del zapatismo del mundo; y las acciones del grupo de AMLO que se empeña en descalificar al sistema jurídicamente constituido.
Para quienes manejan la idea de “preferir vivir como antes, en un sistema autoritario a vivir una situación de incertidumbre”, bien vale recordar lo que el historiador romano Cayo Cornelio Tácito decía: “son preferibles las tormentas de la libertad, a la calma de la esclavitud que corrompe”. Es preferible vivir una circunstancia como la actual a quedar atrapados en un sistema autoritario que ahoga a la sociedad en corrupción.
En el artículo “Grupos Subversivos sin ideales, modus vivendi para existir” publicado en la revista Quehacer Político, el 22 de julio, Sandra López menciona que la ciudad de México es sin duda la más conflictiva de todo el país. Estudios de la Segob señalan que las células de estas organizaciones, armadas o no, tienen sus cuarteles de concentración en el D.F. Incluso se asegura que algunas de estas células no pelean por ideales, sino que es su “modus vivendi”.
Dentro de la “Izquierda Post-moderna”, la corriente denominada “Nueva Izquierda”, lidereada por Jesús Ortega Martínez, obtuvo el 65% de apoyo en el Congreso Nacional del PRD y fue ferozmente rechazado por los partidarios de AMLO hasta ocasionar la más seria crisis que el PRD ha vivido en su historia. Estamos a punto de ver si es curable o no la esquizofrenia del PRD; si son capaces de desembarazarse de la figura de AMLO o quedarán atrapados en un doble juego y pagarán el precio con derrotas electorales dejando de ser una opción política de representación.
Intelectuales y simpatizantes del PRD coinciden con los planteamientos de los teóricos de la izquierda. Los artículos de Denise Dresser, Rosa Albina Garavito y Benito Nacif coinciden en que AMLO ha llevado a su partido al punto del desgarramiento interno. ¿Se producirá este desgarramiento?, ¿quiénes optarán por la Nueva Izquierda y quiénes por AMLO?
La disposición que anuncia el Senador Arce se contrasta con la discusión interna del PRD por los resultados de las elecciones del domingo anterior, donde los últimos datos registran el triunfo de Nueva Izquierda con 355 mil 600 votos; la elección de 327 delegados por la Nueva Izquierda, 65 de Alejandro Encinas, 28 de Alianza Democrática Nacional, 13 de Nuevo Sol, y 9 del Movimiento por la Democracia.
Dolores Padierna acusa de fraude a los representantes de la Nueva Izquierda y cuestiona todo el proceso. La prensa pregunta con relación al proceso interno de elección: ¿se irán al voto por voto?
Estamos en un proceso de transición inédito. Es la primera vez en la historia que un proceso de transición se lleva a cabo con el partido político autoritario que perdió el poder, siendo todavía una figura representativa. Tenemos por otro lado la izquierda radical que representa a grupos “subversivos y sin ideales”, aunque ellos mismos se pintan una ideología para darle credibilidad a sus propuestas a una sociedad inmersa en la pasividad.
Los mexicanos debemos pensar cuidadosamente en el resultado de estas situaciones porque las transiciones por sí mismas no son garantía de arribar a buenos resultados. Una transición es, a final de cuentas, el desplazamiento de un punto a otro. ¿A dónde llegaremos? Para llegar a una sociedad plural, incluyente, participativa y representativa, los ciudadanos debemos dejar de lado la apatía frente a los acontecimientos.





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